Las cancillerías de China y Rusia intensifican sus esfuerzos diplomáticos para contener la escalada bélica en Medio Oriente, tras las recientes agresiones israelíes contra territorio iraní que han desestabilizado aún más la región. Ambas potencias asiáticas coinciden en calificar estos ataques como violaciones flagrantes del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

El ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, expresó durante una conversación telefónica con su homólogo omaní, Sayyid Badr bin Hamad bin Hamood Albusaidi, que el ataque israelí contra Irán «violó el derecho internacional y las normas que rigen las relaciones internacionales«, además de infringir la soberanía iraní y socavar la paz regional.

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Wang, quien también forma parte del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, subrayó que Beijing «siempre ha abogado por la solución pacífica de todas las disputas» y respaldó la declaración conjunta emitida por 21 países árabes e islámicos condenando el conflicto entre Israel e Irán.

La posición china se alinea con su estrategia diplomática histórica de promover el multilateralismo y la resolución pacífica de controversias internacionales. Wang enfatizó que «la prioridad inmediata es lograr un alto al fuego y poner fin al conflicto«, mientras anunció que China mantendrá comunicación y coordinación con Omán y otros países regionales.

Por su parte, el canciller ruso Serguéi Lavrov mantuvo una conversación telefónica con el ministro omaní Badr bin Hamad Al Busaidi, donde abordaron «la escalada sin precedentes de tensiones en Oriente Medio, consecuencia de la operación militar a gran escala de Israel contra Irán«.

El Ministerio de Exteriores ruso destacó en un comunicado que ambos funcionarios subrayaron «la importancia de continuar los esfuerzos conjuntos para trasladar la confrontación a la vía política y diplomática» y crear condiciones favorables para establecer un proceso de negociaciones sostenible.

Lavrov expresó gratitud por los esfuerzos de mediación omaníes, reconociendo el papel del sultanato como facilitador en la búsqueda de soluciones mutuamente aceptables, incluyendo temas relacionados con el programa nuclear iraní. Esta gestión rusa evidencia su intención de mantener canales diplomáticos abiertos en medio de la crisis regional.

Ambas cancillerías coinciden en que la expansión geográfica del conflicto tendría «consecuencias trágicas para toda la región».

Wang Yi advirtió que «no podemos quedarnos de brazos cruzados y ver cómo la situación regional se desploma en un abismo desconocido», mientras instó a la comunidad internacional, especialmente los países regionales, a mantenerse unidos para formar una voz internacional contra la guerra.

El canciller omaní Badr al-Busaidi expresó a su homólogo chino que «el ataque israelí contra Irán viola flagrantemente la Carta de la ONU y el derecho internacional», manifestando que la parte árabe está profundamente preocupada por la situación actual. Al-Busaidi solicitó que China ejerza mayor influencia en el restablecimiento de la paz y estabilidad regional.

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