Centro agroecológico en Haití impulsa soluciones locales frente a la crisis alimentaria

Desde Pignon, los campesinos haitianos promueven la soberanía alimentaria y rechazan la dependencia de semillas extranjeras.

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El centro produce semillas para distribuir entre los agricultores locales. Foto Brasil de Fato


7 de julio de 2025 Hora: 09:32

En medio de una profunda crisis institucional y humanitaria, líderes de movimientos campesinos haitianos se reunieron en la localidad rural de Pignon, al norte del país, para debatir propuestas concretas que apunten a una salida con protagonismo popular. La cita, rodeada por montañas y tierras cultivadas, reunió referentes de organizaciones como Tet Kole y el Movimiento Campesino Papay (MPP), que trabajan desde hace décadas por la soberanía alimentaria y la justicia agraria en Haití.

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El epicentro de estas acciones es el Centro Jean Marie Vincent, una iniciativa impulsada por Tet Kole que en apenas dos años ha capacitado a más de 70 campesinos en prácticas agroecológicas, distribución de semillas locales y sistemas de riego adaptados al cambio climático. En una región históricamente seca, los cultivos se desarrollan sin pesticidas y con fertilizantes naturales, en un modelo que busca alcanzar la autosuficiencia alimentaria y restaurar el equilibrio con la naturaleza.

“El objetivo no es solo tener comida sin químicos, sino también fortalecer la comunidad, transmitir el conocimiento ancestral y construir un sistema más justo”, explicó Jonas Paul, dirigente de Tet Kole. El centro reemplaza a otro similar que funcionaba cerca de Puerto Príncipe, cerrado tras el avance de la violencia de pandillas en 2024.

Tet Kole, fundado en la clandestinidad durante la dictadura de Jean-Claude Duvalier en 1977, agrupa hoy a unas 120.000 personas en todo el país y articula alianzas con otros movimientos populares haitianos. Uno de sus lemas históricos —“Que cada campesino tenga su propia tierra”— sigue guiando su trabajo actual, que se enfoca en capacitar agricultores, defender los recursos locales y proponer alternativas al modelo extractivo dominante.

Durante la reunión también se recordó un episodio clave de la resistencia campesina: la masiva marcha de 20.000 personas que, tras el terremoto de 2010, logró frenar la introducción de semillas transgénicas donadas por Monsanto. “Estas semillas ponían en riesgo los cultivos tradicionales y nos harían depender de laboratorios estadounidenses. Investigamos, explicamos y la gente entendió. Por eso resistimos”, contó Chavannes Jr. Baptiste, del MPP.

Desde el centro de Pignon, los líderes rurales debatieron salidas a la actual crisis haitiana y coincidieron en que cualquier solución duradera debe nacer desde el territorio, con participación directa de las comunidades y sin injerencia extranjera. “La gente de aquí tiene el conocimiento, la voluntad y los recursos para reconstruir el país. Solo necesitamos que nos dejen trabajar y que haya solidaridad, no dominación”, afirmó Wallens Merrien, de MPP, al tiempo que evocaba un dicho popular: “Cuando hay mangos, nadie pasa hambre”.

Frente al colapso de la autoridad central, los campesinos organizados han sostenido buena parte del abastecimiento alimentario en las zonas rurales del país. Hoy, en un momento crítico, insisten en que Haití no necesita tutelaje, sino el reconocimiento y el respaldo a las soluciones construidas desde las propias comunidades.

“Nos llaman el país más pobre del hemisferio occidental, pero eso solo refuerza la idea de que no tenemos capacidad. Nosotros decimos lo contrario: estamos demostrando que otra Haití es posible, desde abajo, con dignidad y trabajo colectivo”, concluyeron los organizadores del encuentro.

Autor: teleSUR-ah-JDO

Fuente: Agencias