Estas nuevas reubicaciones se suman a las más de 21.000 personas ya desplazadas en los últimos días por decenas de incendios fuera de control. La situación es especialmente crítica en la provincia de Manitoba y genera una creciente preocupación ambiental y humanitaria.

En el noroeste de Manitoba, cerca de 17.000 personas ya han abandonado sus hogares, y este sábado, cientos más recibieron órdenes de evacuación. Un solo incendio consumió 38.000 hectáreas de bosque, forzando la evacuación total de los 5.000 habitantes de la localidad minera de Flin Flon.

La cercanía del fuego obligó a las autoridades provinciales a evacuar a los 600 habitantes de Cranberry Portage, localidad que además quedó sin electricidad. Más al norte, a unos 100 kilómetros, helicópteros Chinook de las FF.AA. canadienses están en plena operación para transportar a los habitantes de Mathias Colomb Cree Nation, una de las comunidades indígenas más afectadas, cuya evacuación comenzó el miércoles 28 de mayo y continúa este domingo, ya que el incendio que la amenaza ha quemado 9.785 hectáreas y sigue sin control.

Las llamas no son la única amenaza para estas poblaciones. El Ministerio de Medio Ambiente de Canadá emitió una advertencia por el peligro del humo, que está deteriorando gravemente la calidad del aire y aconseja a la población limitar su exposición al exterior. Se reportó que el humo de estos incendios, algunos de ellos sin control, incluso podría llegar a España este fin de semana, lo que evidencia la magnitud de la crisis ambiental.

Los últimos datos oficiales revelan que 179 incendios forestales están activos en todo Canadá, con la mayoría concentrados en el oeste del país debido a las elevadas temperaturas y la baja humedad, condiciones que facilitan la propagación del fuego. Un total de 101 de esos incendios están fuera de control.

Las provincias más afectadas son Columbia Británica (62 incendios), Alberta (50), Saskatchewan (13), Manitoba (15) y Ontario (17). Dada la gravedad de la situación, Manitoba y Saskatchewan declararon el estado de emergencia provincial, lo que les permite movilizar recursos adicionales para combatir las llamas y proteger a sus poblaciones.

Las autoridades canadienses continúan trabajando intensamente para contener los fuegos y garantizar la seguridad de los residentes.

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