¿Qué se esconde tras el ataque de Estados Unidos a Irán?

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Imagen satelital de la planta de enriquecimiento nuclear de Isfahán, atacada primero por Israel y este sábado por EE.UU.


Por: German Gorraiz

22 de junio de 2025 Hora: 07:57

Trump ha anunciado que aviones estadounidenses bombardearon la pasada noche las tres grandes bases nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán.

Irán en la diana de Israel

El ex-Consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski en un discurso ante al Consejo Nacional irano-estadounidense (NIAC), afirmó que “creo que los EE.UU. tiene derecho a decidir su propia política de seguridad nacional y no seguir cual mula estúpida lo que hagan los israelíes”.

Además, Brzezinski, estaría enfrentado con los lobbys neocon republicano y judío de EE.UU. y con su habitual mordacidad habría desacreditado la miopía geoestratégica de ambos grupos de presión al afirmar que “están tan obsesionados con Israel, el Golfo Pérsico, Irak e Irán que han perdido de vista el cuadro global: la verdadera potencia en el mundo es Rusia y China, los únicos países con una verdadera capacidad de resistir a Estados Unidos y Reino Unido y sobre los cuales tendrían que fijar su atención”.

Nos encontraríamos pues en un momento crucial para definir el futuro mediato de Oriente Próximo y Medio (Oriente PROME), pues tras la llegada de Donald Trump de la Casa Blanca habría aumentando la presión del lobby pro-israelí de EE.UU. ( AIPAC) para proceder a la desestabilización de Irán por métodos expeditivos. Así, el ataque de EE.UU. a Irán y la posterior guerra regional en Oriente Medio será utilizado por EE.UU., Reino Unido e Israel para proceder a rediseñar la cartografía del puzzle inconexo formado por dichos países y así lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Reino Unido, Estados Unidos e Israel y que contaría con el respaldo de los principales aliados occidentales.

Dicha guerra será un nuevo episodio local que se enmarcaría en el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría EE.UU.-Rusia e involucrará a ambas superpotencias teniendo como colabores necesarios a las potencias regionales (Israel, Egipto, Arabia Saudí e Irán), abarcando el espacio geográfico que se extiende desde el arco mediterráneo (Libia , Siria y Líbano) hasta Yemen y Somalia y teniendo a Irak como epicentro (rememorando la Guerra de Vietnam con Lindon B. Johnson, 1963-1969).

¿Es Irán la excusa para secar las fuentes energéticas de China?

En una entrevista a Brzezinski realizada por Gerald Posner en The Daily Beast (18 de septiembre de 2009) afirmó que “una colisión estadounidense-iraní tendría efectos desastrosos para Estados Unidos y China, mientras Rusia emergería como el gran triunfador, pues el previsible cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico donde atraviesa el transporte de petróleo destinado al noreste asiático (China, Japón y Surcorea), Europa y Estados Unidos, elevaría el precio del oro negro a niveles estratosféricos y tendría severas repercusiones en la economía global, pasando a ser la Unión Europea (UE) totalmente crudo dependiente de Rusia”.

Para evitarlo, la Administración Trump intenta sustituir la ruso dependencia energética europea (30% del gas que importaba la UE procedía de Rusa) por la fracking dependencia, inundando el mercado europeo con el GNL (gas natural frackeado en EE.UU. y transportado mediante buques gaseros) para hundir los precios del gas ruso.

Otro objetivo sería impulsar la utilización de la técnica del fracking en todos los países de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking europeo” que se extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, y que dependerá de la tecnología de empresas estadounidenses como Chevron o Shell.

Respecto al estrecho de Ormuz, según estimaciones de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), 13.4 millones de barriles por día (bpd) de crudo pasarían a través del estrecho canal en buques petroleros (lo que representaría el 30 % del suministro de crudo que se comercializa mundialmente), y en el supuesto de verse bloqueado, dicho cierre del tráfico naval por mimetismo se extendería al Canal de Suez.

Dicho canal es considerado como uno de los puntos más importantes para el comercio mundial ya que a través de él se transportan 2.6 millones de barriles de crudo al día (lo que representa casi 3% de la demanda mundial diaria de petróleo). Asimismo, es una ruta relevante para el gas natural licuado (GNL), pues cerca de 13% de la producción mundial de dicho gas transita por ella. Su hipotético cierre provocaría la interrupción del suministro de alrededor de 2.6 millones de barriles diarios y al Golfo de Adén, que conecta a través del Canal de Suez el Océano Índico con el Mar Mediterráneo y con un tránsito de más de 18.000 buques.

Todo ello conllevará un peligroso incremento de los precios del crudo (rondando los 150 dólares) que dará lugar a unas tasas de inflación desbocadas, incrementos del precio del dinero por parte del Banco Popular de China (BPC) y la asfixia económica de incontables empresas dentro de la estrategia brzezinskiniana de lograr la total ruso dependencia energética china para en una fase posterior acabar enfrentándolas entre sí y finalmente someterlas e implementar el nuevo orden mundial bajo la égida anglo-judío-estadounidense.

Autor: Germán Gorraiz

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