México y Nuestra América en un mundo global

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, insiste en mantener una cooperación fluida con EE.UU., pero advierte que lo hará sin ceder un ápice de soberanía. Foto: EFE
Por: Adalberto Santana
9 de mayo de 2025 Hora: 07:44
En memoria del 80 aniversario de la victoria soviética sobre el nazifascismo
El unilateralismo de los Estados Unidos (EE.UU.), desarrollado por la Administración del presidente Donald Trump, ha generado un dilema en México. Por un lado, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, insiste en mantener una cooperación fluida con EE.UU. Pero, por otra parte, advierte que lo hará sin ceder un ápice de soberanía. Con la excusa del narcotráfico, el gobierno de Trump pretende desplegar sus contingentes militares en México, posibilidad rechazada por la mandataria mexicana, quien impulsó a este respecto una reforma constitucional para blindar la soberanía del país ante las amenazas intervencionistas de Washington.
La violencia del narcotráfico es una realidad en México. Organizaciones como el Cártel de Sinaloa o Jalisco Nueva Generación (CJNG), entre otras organizaciones empresariales de las drogas ilegales, controlan buena parte del tráfico como el fentanilo, marihuana, cocaína, morfina y heroína. Estos grupos han generado una crisis de seguridad interna, con 74.68 homicidios diarios en febrero de 2025, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Pero la lucha contra los cárteles, como señaló Sheinbaum, no puede nunca justificar una intervención militar unilateral estadounidense en México.
En la Casa Blanca el discurso oficial ha vinculado históricamente el fenómeno migratorio con el consumo de drogas. Además de criminalizar la migración hacia EE.UU., asociándola actualmente al elevado consumo de fentanilo, este enfoque falaz oculta las causas estructurales tanto de la consunción de narcóticos en la sociedad estadounidense como del desplazamiento forzado. Existe también una voluntad de dominación económica, a través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Este marco comercial ha profundizado la dependencia de México con la economía de EE.UU., acentuada además por la relevancia de las remesas, que en 2024 superaron los 65.000 millones de dólares anuales, según cifras del Gobierno mexicano.
Frente a este panorama de subordinación económica y política a los intereses de Washington, es urgente repensar el papel de México y América Latina y el Caribe, en el escenario internacional. Una vía emergente y estratégica es el fortalecimiento de los lazos con el Sur Global. El término «Sur Global» no se refiere únicamente a una ubicación geográfica, sino a un grupo de países latinoamericanos, africanos, asiáticos o de Oceanía, principalmente, que comparten historias de colonización, subdesarrollo inducido y desigualdades impuestas por el orden económico occidental.
En las recientes décadas del siglo XXI, estos países han empezado a articular agendas comunes sobre cooperación Sur-Sur, defensa de la soberanía, justicia climática y desarrollo autónomo. China en el momento actual ha sido un actor clave en todo este proceso, fomentando infraestructuras e intercambios comerciales sin interferir en los asuntos internos de otros países, lo cual ofrece una alternativa al modelo de subordinación impuesto desde el Norte Global, fundamentalmente liderado por EE.UU. y Europa Occidental.
La emergencia de China como potencia global, en este contexto, es un contrapeso a la hegemonía occidental. A diferencia de EE.UU., China apuesta por resolver pacíficamente conflictos como el genocidio sionista de Israel en Gaza o la crisis de Ucrania y la tensión entre India y Pakistán, entre otros conflictos de guerra. Frente a la imposición unilateral usando las armas, China aboga por el diálogo multilateral, como demostró al mediar entre Arabia Saudí e Irán para que ambos países restablecieran sus relaciones diplomáticas en marzo de 2023.
México, inserto en el proceso de la llamada Cuarta Transformación (4T), ha manifestado su interés por alejarse del armamentismo y las tensiones globales. La nación mexicana, parte esencial del Sur Global, reivindica su papel como zona desnuclearizada, pacífica y de cooperación compartida. El crecimiento de las relaciones económicas, comerciales, culturales y políticas con China, así como la participación en iniciativas globales, abren nuevas posibilidades para una inserción internacional más soberana. Estrategias como la expansión ferroviaria, inversiones en infraestructuras e intercambios tecnológicos ofrecen una ruta de desarrollo alternativa frente al modelo extractivista que perpetúa la dependencia del Norte Global.
En otras palabras, el futuro de México y de América Latina y el Caribe, no tiene por qué seguir atado al destino o agenda de Washington. Reforzar la vinculación creciente de México y de Nuestra América con Asia Pacífico, traerá beneficios a medio plazo para la región y el mundo en general. Apostar por el Sur Global es hacerlo en la perspectiva de un mundo multipolar, más equitativo y verdaderamente soberano.
Autor: Adalberto Santana
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