Bicentenario de Bolivia: La energía nuclear como sinónimo de independencia - teleSUR

Bicentenario de Bolivia: La energía nuclear como sinónimo de independencia

En el marco de su bicentenario, Bolivia consolida una visión soberana del desarrollo nuclear pacífico, contrastando con las políticas destructivas que han marcado la historia de esta tecnología.

bolivia rusia 2

En el bicentenario de su independencia, Bolivia demuestra que la verdadera soberanía en el siglo XXI se construye también desde el dominio de la ciencia y la tecnología al servicio de los pueblos.


9 de agosto de 2025 Hora: 14:04

Desde las instalaciones del Centro de Investigación y Tecnología Nuclear en El Alto, la ingeniera Hortensia Jiménez, directora general ejecutiva de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), dirige con orgullo el avance de un proyecto que consideraba impensable hace una década. En el marco del bicentenario patrio, conversó en exclusiva con teleSUR sobre los alcances del programa nuclear boliviano y su impacto en la soberanía nacional.

“La energía nuclear aplicada de manera pacífica y responsable es una herramienta transformadora del país”, explica Jiménez. Para la directora, este desarrollo trasciende lo meramente técnico: “No se trata solo de un componente dentro de la matriz energética, sino de una apuesta del Estado por el conocimiento y la innovación. En el siglo XXI, la soberanía se mide también por la capacidad de un país de generar ciencia, proteger a su población con tecnología avanzada en salud y mejorar la producción en sectores clave como la agricultura”.

“La soberanía se mide por la capacidad de generar ciencia”

Entre las iniciativas más importantes del programa pacífico, Jiménez destacó: “Los proyectos estratégicos que desarrolla ABEN incluyen la finalización y consolidación del Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Nuclear (CDT), la Red de Centros de Medicina Nuclear y Radiotecnológica, y el impulso a la formación científica especializada. Estas iniciativas no solo generan impacto inmediato en la atención médica o la formación de recursos humanos, sino que sientan las bases de un ecosistema científico, tecnológico, sostenible y soberano. A mediano plazo se proyecta una Bolivia más preparada, más saludable y con mayores oportunidades”.

La directora de ABEN señaló como avance más importante el primer reactor nuclear de investigación, el RB01, catalogado como “un salto trascendental del país como referencia mundial y un logro exponencial del Estado en materia de investigación y desarrollo”.

Sobre los logros alcanzados, Jiménez indicó: “Su impacto ya se siente en la formación de jóvenes investigadores, en la capacidad de producir radioisótopos propios para el diagnóstico de cáncer, la irradiación gamma para mejorar la inocuidad alimentaria. Estamos a la espera de la operación del reactor nuclear de investigación, así como la articulación con universidades y centros científicos del mundo. Lo que antes era impensable para el país —hacer investigación, estar en la frontera del conocimiento dentro de nuestro propio territorio— hoy se está volviendo realidad. Esto no solo transforma el panorama médico y científico, sino que genera un factor multiplicador en la autoestima colectiva y la visión de país”.

El proyecto nuclear boliviano

La cooperación nuclear entre Bolivia y Rusia encuentra sus raíces en 2010, cuando el Gobierno de Evo Morales anunció la construcción de una planta nuclear para la producción de energía eléctrica. Esta iniciativa se materializó en 2015 con el establecimiento de un cronograma para la construcción de un complejo nuclear de aplicaciones pacíficas, que incluiría un reactor de investigación con tecnología y apoyo ruso y argentino.

bolivia rusia 4.jpg
La cooperación nuclear entre Bolivia y Rusia encuentra sus raíces en 2010, cuando el Gobierno de Evo Morales anunció la construcción de una planta nuclear para la producción de energía eléctrica.

El Decreto Supremo N° 2654 de enero de 2016 declaró de carácter estratégico y prioridad nacional la ejecución del Programa Nuclear Boliviano (PNB). Apenas dos meses después se creó la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN) como entidad descentralizada encargada de implementar y gestionar el programa. En marzo del mismo año se firmó el acuerdo de cooperación nuclear entre Bolivia y la Federación Rusa a través de Rosatom para la construcción del Centro de Investigación y Tecnología Nuclear (CNRT) en El Alto.

Desde 2021, durante el Gobierno de Luis Arce Catacora, se inició formalmente la construcción del CNRT. Desde entonces, el país altiplánico ha logrado avances considerables en el desarrollo de la tecnología nuclear, una ciencia que carga con uno de los capítulos más sombríos de la humanidad.

bolivia rusia 5.jpg
Desde 2021, durante el Gobierno de Luis Arce Catacora, se inició formalmente la construcción del Centro de Investigación y Tecnología Nuclear (CNRT), en El Alto.

El doble rostro del átomo

Cada 6 y 9 de agosto, la humanidad recuerda uno de los episodios más abominables de su historia. En 1945, Estados Unidos ejecutó los únicos ataques nucleares contra poblaciones civiles al bombardear Hiroshima el 6 de agosto y Nagasaki el 9 del mismo mes. El infierno nuclear desatado segó la vida de aproximadamente 240.000 personas.

El arsenal empleado era producto del Proyecto Manhattan, la investigación científica y militar que condujo a la producción de la bomba estadounidense. Previamente, el 16 de julio de 1945, la “Prueba Trinity” en el desierto de Nuevo México había marcado la primera detonación nuclear de la historia. Los líderes políticos y militares estadounidenses conocían la magnitud de la devastación que causarían sobre las ciudades japonesas. Y aun así siguieron adelante.

bolivia rusia 3.jpg
La construcción de una planta nuclear para la producción de energía eléctrica se materializó en 2015.

Los bombardeos nucleares abrieron simultáneamente una era de terror y un período de grandes esperanzas sobre el potencial de la energía nuclear. Mientras Japón experimentaba el lado más devastador de esta tecnología en un crimen que marcó generaciones futuras, paralelamente a la expansión de los arsenales nucleares durante la Guerra Fría, las aplicaciones pacíficas del átomo alcanzaron diversos campos del conocimiento humano.

En medicina se implementaron técnicas de diagnóstico con radiofármacos y radiotrazadores, radioterapias contra el cáncer y otras tumoraciones. En agricultura y alimentación, los elementos nucleares se utilizan para esterilizar de forma segura en el control de plagas y la conservación de alimentos. La energía nuclear también ha mejorado los procesos de gestión del agua y suelo: mediante radiotrazadores se estudia cómo las plantas absorben agua y nutrientes, optimizando el uso de fertilizantes y riego para una agricultura más eficiente y sostenible.

El fantasma nuclear persiste

La “Guerra de los doce días” entre Israel e Irán (13-24 de junio de 2025) evidenció que la amenaza nuclear sigue vigente. El conflicto, iniciado por un ataque israelí contra instalaciones nucleares civiles iraníes y complejos residenciales, culminó con bombardeos estadounidenses sobre tres centros nucleares estratégicos en Fordow, Natanz e Isfahan.

El OIEA denunció la violación de la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, recordando que el Protocolo Adicional I de Ginebra prohíbe ataques a instalaciones nucleares por el riesgo para la población civil. Israel y Estados Unidos colocaron al mundo al borde de una escalada de consecuencias impredecibles.

La energía nuclear representa una tecnología capaz de generar gran destrucción cuando se utiliza con fines militares, pero también de impulsar avances significativos en salud, ciencias, industria y protección ambiental.

Mientras Estados Unidos ha demostrado históricamente una posición de limitación e incluso destrucción de infraestructura nuclear de otras naciones, apoyando a terceros estados como Israel con estos fines, Rusia ha adoptado un enfoque solidario y constructivo, colaborando bilateralmente con otros países en el desarrollo de complejos pacíficos de energía nuclear, representando para estos pueblos un impulso significativo a su soberanía y autodeterminación.

Bolivia en la frontera del conocimiento científico

Bolivia se ha posicionado como un referente regional en materia de tecnología nuclear. Entre los eventos más destacados de promoción de estas iniciativas se encuentra el primer encuentro internacional de medicina nuclear, celebrado el 10 de julio en La Paz en el marco del bicentenario del país. Este encuentro ha sido catalogado como “una muestra tangible de cómo el conocimiento puede convertirse en política pública al servicio de la gente”.

En estos proyectos trascendentales para la nación boliviana se ha mantenido la convicción fundamental de preservar la capacidad de decisión, especialmente la independencia en cada proyecto. La directora de ABEN explicó: “En el caso del Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Nuclear se decidió trabajar con Rosatom, empresa estatal rusa, mientras que para las redes de centros de medicina nuclear y radioterapia se trabaja con Ezeiza de Argentina”.

En ambos casos existen factores comunes que determinaron la decisión del país: “ambos países tienen una historia muy larga en la utilización y desarrollo de la tecnología nuclear —75 años Argentina, 80 años Rusia— que nos dan la seguridad y confianza de trabajar con socios tecnológicos que tienen solvencia en el manejo no solo de la cultura de seguridad, sino también en el desarrollo de la tecnología”.

bolivia rusia 1.jpg
La directora de ABEN, ingeniera Hortensia Jiménez. explicó que se decidió trabajar con la estatal rusa Rosatom el proyecto de Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Nuclear.

Bolivia se ha convertido en un referente regional en materia de tecnología nuclear. Entre los eventos más destacados de promoción de estas iniciativas se encuentra el primer encuentro internacional de medicina nuclear, celebrado el pasado 10 de julio en La Paz en el marco del bicentenario del país. Este encuentro es catalogado como “una muestra tangible de cómo el conocimiento puede convertirse en política pública al servicio de la gente”.

En el bicentenario de su independencia, Bolivia demuestra que la verdadera soberanía en el siglo XXI se construye también desde el dominio de la ciencia y la tecnología al servicio de los pueblos.

Autor: Eliecer Centeno