El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, será juzgado por utilizar su influencia con el fin de evitar que no salieran a la luz los detalles filtrados de una investigación realizada en su contra sobre presuntas irregularidades durante su campaña electoral de 2007, según fuentes cercanas a la investigación.

Además de Sarkozy, también se sentarán frente al juez, tal como lo pidió la Fiscalía Nacional Financiera en octubre, su abogado Thierry Herzog y el antiguo magistrado Gilbert Azibert.

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Los abogados sostienen que los magistrados encargados de investigar los supuestos fondos secretos libios fueron más allá de lo que les estaba permitido y llevaron adelante una "expedición de pesca", al revisar las conversaciones que Sarkozy sostuvo entre septiembre de 2013 y marzo de 2014, lo que significa que fue violado el privilegio abogado-cliente.

Los investigadores revisaron las llamadas telefónicas de Sarkozy con el fin de verificar las acusaciones relacionadas con el supuesto financiamiento que Muamar el Gadafi hizo a la campaña del exmandatario.

Además, según las interceptaciones, Sarkozy discutió el ofrecimiento de un ascenso a un fiscal a cambio de información sobre las acusaciones a un extesorero de su partido, involucrado en el caso de Liliane Bettencourt, heredera del imperio cosmético L’Oréal y sospechosa de financiar ilegalmente la campaña de 2012.

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A través de un comunicado, los abogados dijeron que "Nicolas Sarkozy (...) esperará con calma el resultado de la moción de una declaración de nulidad, no duda de que una vez más la verdad triunfará".

Después de salir de la presidencia, Nicolas Sarkozy comenzó a enfrentar una serie de investigaciones por estar presuntamente involucrado en corrupción, fraude, favoritismo y financiamiento de campañas.