La Policía de Praga, capital de la República Checa, reprimió con gases lacrimógenos y cañones de agua a los manifestantes que este jueves continuaban con las protestas para contrarrestar las nuevas restricciones del Gobierno que tienen como objetivo frenar el avance del coronavirus.

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Los servicios de rescate reportaron al menos 20 heridos. Los enfrentamientos estallaron después de que miles de personas se manifestaran este domingo en la Plaza de la Ciudad Vieja. El objetivo de las protestas es condenar las prohibiciones que incluyen el cese de eventos deportivos y el cierre de bares y restaurantes.

Muchos de los manifestantes no se cubrieron la cara. Después de que la policía dijo que su número superó los 500, los organizadores pusieron fin a la protesta. Pero algunos de ellos se quedaron en la plaza, arrojando bengalas, botellas de cerveza, piedras y varios otros objetos a la policía antidisturbios.

Desde este lunes, el Gobierno checo impuso un toque de queda que solo permite a los ciudadanos salir a trabajar, recibir atención médica y pasear a los animales domésticos. Además, se ha recomendado a las empresas que prioricen el teletrabajo siempre y cuando sea necesario.

República Checa se ha enfrentado a un aumento récord de infecciones por coronavirus en las últimas semanas, lo que lo convierte en uno de los países más afectados de Europa.

Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, con 19 muertos por coronavirus por cada 100.000 habitantes, la República Checa tiene una de las peores tasas de mortalidad por Covid-19 de toda Europa. El país Checa contabiliza este jueves unas 310.068 personas confirmadas de coronavirus.