El presidente de Colombia, Gustavo Petro, nombró el jueves al actual embajador de ese país en EE. UU., Luis Gilberto Murillo, como nuevo canciller  tras la suspensión temporal decretada por la Procuraduría contra el hasta ahora ministro de Exteriores, Álvaro Leyva.

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El nombramiento surge como una alternativa del ejecutivo colombiano para garantizar el funcionamiento de la cancillería, aunque la promoción no exime al diplomático de sus deberes frente a la legación en suelo estadounidense mientras vaya asumiendo paulatinamente las funciones de su antecesor.

La medida sobreviene ante la dimisión de Leyva para cumplir la suspensión por tres meses impuesta por la Procuraduría colombiana por supuestas irregularidades vinculadas con la licitación de pasaportes y el presunto desacato previo del funcionario a cumplir la disposición penal, anunciada el pasado 24 de enero.

En el comunicado se lee que “dentro de los hechos que serán objeto de revisión se encuentran las determinaciones que el titular de la cartera habría adoptado y las comunicaciones enviadas representando a la Cancillería, desconociendo que se encontraba apartado del cargo e inhabilitado para ejercer las funciones correspondientes”.

En una carta enviada por Leyva a la Procuradora, Margarita Cabello, el excanciller subraya que “debo precisar que continué ejerciendo las funciones entendiendo con la asesoría de mi apoderado que fue la propia Sala Disciplinaria de Instrucción (…) la que dispuso remitir copia de la providencia al señor Presidente de la República para que diera cumplimiento a la medida”.

Si bien Murillo es reconocido por su labor en las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos, es considerado uno de los funcionarios más respetados tanto en el ámbito nacional como internacional, trascendió el descontento del presidente Petro con la medida tomada por la Procuradora Cabello.