Miles de peruanos se manifestaron con marchas y cacerolazos espontáneos en las calles de Lima y desde sus hogares tras la destitución del expresidente Martín Vizcarra. Las protestas, generadas por la crisis multisectorial que vive el país, comenzaron luego de la sesión congresional de este lunes; y continúan este martes previo a la toma de posesión del mandatario interino.

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Con carteles donde se leía "Congreso golpista", "¡Merino ladrón, no serás presidente!", un grupo de jóvenes marcharon por la calles cercanas al Parlamento. Entretanto, la policía capturó a varios manifestantes en la Plaza San Martín, a pocas cuadras del Congreso, quienes desafiaron las restricciones de reuniones públicas por la pandemia.

"¡No hay congresistas!", gritaban en coro algunas mujeres cerca a la sede del Legislativo, rodeado por contingentes de la policía antidisturbios.

El Congreso destituyó al presidente por "incapacidad moral", al cierre del segundo juicio político contra Vizcarra en menos de dos meses, tras denuncias de que había recibido sobornos en 2014 cuando era gobernador de Moquegua, una región sureña del país.

Vizcarra negó cualquier soborno o acto irregular en su gestión. El caso aún está en investigación por la fiscalía. La moción de destitución del mandatario peruano fue aprobada por 105 votos, 19 en contra y cuatro abstenciones.

La situación evidencia las contradicciones existentes entre los poderes constitucionales en el país, mientras se viven difíciles condiciones económicas y uno de los peores impactos de la pandemia a escala internacional, cuya solución reclaman los manifestantes.

De esta forma, el país pasará a ser comandado por la tercera figura en el escalafón político del país, cuya responsabilidad no fue puesta a la consideración del voto de todos los peruanos.

Para el abogado, sociólogo, analista internacional y profesor de la Universidad de San Marcos, Héctor Béjar, "se trata de na crisis terminal del sistema político peruano, muy apartado del Perú social. Nuestro quinto presidente destituido, procesado o suicidado, expresa la crisis de un sistema que no da más".