Según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre el 1 de enero y el 28 de marzo de 2018, 517 refugiados fallecieron o desaparecieron en su intento por cruzar el mar Mediterráneo.

Las cifras de la OMI detallan que de las 517 personas que perdieron la vida, 359 se dirigían a costas italianas.

El arqueo muestra que los refugiados muertos en el mundo son 800, un cálculo actualizado hasta el 6 de abril y su elaboración partió de estimaciones propias, datos nacionales y publicaciones en medios.

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Organizaciones que defienden los derechos humanos denunciaron la falta de voluntad por parte de la comunidad internacional para ayudar a decenas de miles de refugiados varados en el este europeo quienes huyen de la violencia, conflictos y el hambre en sus lugares de origen.

Se estima que entre los fallecidos hasta 2017 por lo menos 500 muertos eran menores de edad.

Diversas organizaciones se han pronunciado ante estos hechos señalando que es urgente encontrar soluciones inmediatas para los niños y todos los refugiados.  

La Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) recuerda que aún “queda mucho por hacer para proteger y salvar vidas” e insta a los “líderes políticos” a “trabajar juntos para desarrollar alternativas más seguras” y a “crear oportunidades reales en sus países de origen”.

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