La Agencia Nacional del Medicamento (ANSM) de Francia anunció este viernes 3 de septiembre la entrada en vigor de un decreto que obliga a las empresas farmacéuticas a establecer una reserva de seguridad para los medicamentos que tengan mayor interés terapéutico (MITM).

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Con la normativa, la industria está obligada a tener una provisión de dos meses para los pacientes de los fármacos clasificados como MITM, debido a que la carencia de estos podría poner en peligro la vida de los enfermos a corto o mediano plazo.

Su entrada en vigor comenzó el pasado 1 de septiembre, según indicó la ANSM en un comunicado. Además, es una de las respuestas del plan gubernamental contra la escasez de fármacos que comenzó desde el inicio de la crisis sanitaria de la Covid-19 en 2020.

Los registros oficiales revelaron que solo en 2020 unos 2.000 informes de desabastecimientos fueron reportados, una cifra que es mayor que el año 2019, donde su valor fue de 1.504 casos.

El desabastecimiento afecto a casi todos los tipos de medicamentos, fundamentalmente los cardiovasculares, los que sirven para tratamiento del sistema nervioso, los anticancerígenos y los antiinfecciosos.

“Durante mucho tiempo los fabricantes no asumieron el problema, informaron de la escasez muy tarde, o no lo hicieron”, aseguró la directora de asuntos jurídicos de la Agencia, Carole Le Saulnier, quien agregó que esta medida será una protección para los pacientes, pues es la primera legislación de la Unión Europea que impone este requisito de dos meses.

Si las farmacéuticas no cumplen o no alertan sobre el nivel de sus existencias, se verán enfrentadas con sanciones financieras que las autoridades sanitarias le impongan, dadas las prerrogativas del decreto.

Igualmente, la agencia supervisora puede determinar si se incrementa o no la reserva de seguridad a cuatro meses para algunos de los medicamentos que sí se ha comprobado que en los últimos dos años han tenido problemas de aprovisionamiento.

Entre tanto, las asociaciones de consumidores responsabilizaron a las empresas farmacéuticas de aprovechar “la ventaja económica de producir sin existencias”, así como de no almacenar “los medicamentos más antiguos, que son los más utilizados, y suelen escasear porque son baratos”