La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó que la región sufrirá una caída general del 9,1 por ciento en su Producto Interno Bruto para el 2020.

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De acuerdo con un informe de la institución habrá disminuciones mayores en América del Sur (sin tener en cuenta a Guyana) que podrían rozar el 9,4 por ciento. Entre las causas pueden contarse las afectaciones de la pandemia, siendo América Latina y el Caribe las regiones en peor condición en el planeta.

Aunque algunos gobiernos han comenzado a aliviar las medidas de contención, otros han debido mantenerlas o incluso intensificarlas ante el persistente aumento de nuevos casos diarios de la enfermedad, detalla el informe.

Entre los renglones más afectados, se cuentan los servicios como el turismo, la aviación, los alojamientos, los restaurantes, el entretenimiento y el comercio. Algunas áreas que han logrado mantenerse a flote durante la crisis son los supermercados, las farmacias y otros servicios declarados como esenciales según el país de que se trate.

La producción de alimentos también constituirá una pérdida para las naciones, pues en su mayoría se proyecta una baja en sus precios. Excepto el banano y los mariscos, el resto de los alimentos producidos en el área se desvalorizarán.

Asimismo, aunque los precios podrían seguir con tendencia al alza si se consolida la recuperación de Europa y China, en el promedio de 2020 se situarían por debajo de los niveles de 2019. Los productos energéticos, por su parte, tienen un pronóstico de caída del 39,3 por ciento respecto de los niveles promedio de 2019.

En el continente, resalta la delicada situación de Suramérica. Países como Brasil (-9,2 por ciento), Argentina (-10,5 por ciento) y Perú (-13 por ciento) están por encima de la media.

Por otro lado, Venezuela muestra una proyección más desfavorable (-26 por ciento), debido a las medidas coercitivas unilaterales impuestas por EE.UU..

Otra alerta fue la referida al desempleo. Con su aumento se provocará “un deterioro importante en los niveles de pobreza y desigualdad”, según declaró la secretaria ejecutiva de la organización, Alicia Bárcena.

Agregó que la caída del PIB y el aumento del desempleo tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas. En ese contexto, se proyecta que el número de personas en situación de pobreza se incrementará en 45,4 millones este año, cifra que representa el 37,3 por ciento de la población latinoamericana.