La representante de Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Yemen, Meritxell Relaño, advirtió que el 2017 fue el peor para los niños yemeníes: 7 millones de niños padecen hambruna y más de 900.000 mil sufren de cólera a causa de la crisis humanitaria, el conflicto armado y la pobreza extrema que afecta al país desde hace dos años.

Relaño señaló que tan sólo en diciembre de 2017 más de 80 niños resultaron heridos o fallecieron por enfrentamientos, cólera o desnutrición. Asimismo, advirtió que por el recrudecimiento del conflicto, algunas comunidades han dejado de recibir suministros, asistencia médica y servicios de atención humanitaria.

La representante recalcó la urgencia de establecer acuerdos políticos para el cese del conflicto ya que de no tomar medidas urgente la situación, que ya es grave, se agudizará,  provocando la muerte de más infantes.

La Unicef ha realizado distintas campañas de inmunización que han beneficiado a más de cinco millones de niños, que fueron vacunados contra la poliomielitis.

Además, más de 200 millones de infantes han recibido tratamiento por desnutrición. Pese a los esfuerzos realizados, 22 millones de personas aún necesitan ayuda humanitaria, destacó Relaño.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha informado que la situación del conflicto en Yemen es una de las más graves del mundo y  ha dejado niveles de pobreza insostenible, así como desnutrición, hambruna, desplazamientos internos y el brote de difteria y cólera.

Desde el 2015 Yemen enfrenta un conflicto armado religioso entre las etnias musulmanes (chiitas y sunitas) y las tropas del gobierno de Yemen, que ya lleva más de mil días y se agudizado por la intervención de grupos militares de Arabia Saudita en el país, quienes han bloqueado el acceso de ayuda humanitaria en diferentes zonas de Yemen.

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