El presidente del Partido Conservador Popular de Estonia, Mart Helme, admitió este sábado que el Gobierno y el Parlamento de su país son "títeres" sujetos a la voluntad de Occidente, en particular de Estados Unidos.

En una entrevista a un portal local, el político estonio aseguró que los "embajadores y diplomáticos (occidentales) presionan continuamente a Estonia y no cejan hasta que logran sus objetivos".

"Si observamos los procesos que han tenido lugar en Estonia durante el último par de años y en las decisiones tomadas bajo presiones, queda muy claro que estas decisiones se tomaron no solo en Estonia. Nuestro Parlamento se comporta como el parlamento de una república bananera", aseveró Helme.

El conservador, quien es opositor de la integración europea del país, también opinó que los agentes occidentales representan el mayor peligro para Estonia, debido a que pueden influir en la política interior.

En este sentido, citó varios ejemplos en los que EE.UU. orquestó una provocación y luego la utilizó como pretexto para iniciar una guerra. Para Helme uno de los objetivos del país norteamericano es debilitar y dividir Europa para dominar la región. 

"Creo que muchos escenarios actuales ya estaban esbozados hace 10 o 15 años", indicó el político estonio.

Además, señaló que la inteligencia occidental opera sin el debido control por parte de los servicios de seguridad estonios. 

El parlamentario rechazó la presencia de tropas de la OTAN en Estonia porque consideró que debilitan la sensación de seguridad entre la población.

EN CONTEXTO

Estados Unidos se ha valido de los países bálticos constituídos por: Letonia, Estonia y Lituania para acentuar las maniobras militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y así seguir con su arremetida imperialista para sabotear al Gobierno constitucional del presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Estonia no conforme con la adquisición de 40 lanzamisiles suelo-aire Stinger por un monto de 50 millones de dólares, aumentó sus gastos militares con el contrato militar más impactante, con la compra de 44 vehículos de combate CV90 y seis carros Leopard por 170 millones de dólares el pasado nueve de diciembre en Holanda.

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