A  propósito del Día Mundial del Sida, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a la "no discriminación" en la lucha contra esta enfermedad y recordó que "todo el mundo cuenta" al momento de combatir la patología.

"Todo el mundo cuenta si queremos conseguir una cobertura universal de salud y todo el mundo debe contar si queremos eliminar el sida y la hepatitis, como mayores amenazas a la salud pública", dijo el director general del organización, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.

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Tedros cuestiona el hecho de que muchas personas - el 40 por ciento de los infectados - tengan tantos obstáculos al momento de acceder a los servicios sanitarios.

"Cómo es posible que después de décadas de reconocimiento del papel fundamental de las comunidades en la conducción de la respuesta al VIH, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, personas transgénero, drogadictos y prisioneros, quienes representan el 40 por ciento de las infecciones en 2016, siguen teniendo obstáculos para acceder a los servicios sanitarios más básicos".

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A la lista de personas vulnerables al momento de acceder a los servicios médicos se suman mujeres jóvenes, adolescentes, inmigrantes y personas desplazadas, sostiene Tedros.

Además, añadió que si bien hay importantes avances en la lucha conta la enfermedad, ya que en la actualidad 21 millones de personas reciben terapia antirretroviral y existen menos infectados por el VIH, así como menos muertes, los éxitos están ocultando que aún están pendiente algunos desafíos.

Las investigaciones sostienen que de los 36,7 millones de enfermos actuales, solo el 53 por ciento de los adultos tiene acceso a los medicamento antirretrovirales, pero en el caso de los infantes infectados las cifras son aún más alarmantes, ya que solo el 43 por ciento de los niños obtiene la medicación antirretroviral de por vida. 

Pero las cifras alarmantes no terminan ahí, pues a la falta de acceso a los tratamiento se suma el hecho de que solo el 70 por ciento de los infectados conoce su estado serológico. 

Sin el tratamiento las personas afectadas solo pueden sobrevivir aproximadamente entre nueve y 11 años.