Tras la masiva movilización el 21F en Argentina contra las medidas económicas de Mauricio Macri, el Gobierno argentino desmeritó la concentración popular. De acuerdo a los voceros gubernamentales "Nada ocurrió".

Del gabinete macrista salieron a hablar el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, el de Trabajo, Jorge Triaca, y el del Interior, Rogelio Frigerio. Este último consideró que “si Moyano moviliza mucha gente, no pasa nada. La sociedad no quiere marchas, no quiere paros. Quiere seguir trabajando, progresar, ver cómo mejora su situación y necesita que a este gobierno le vaya bien para que le vaya bien a la Argentina”. 

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Sin embargo, desde el oficialismo hicieron circular una serie de datos sobre los “costos” de la movilización popular. Los números del Gobierno señalan que el costo fue de 4.800 millones de pesos "perdidos" (241.000 dólares) , “incluyendo efectos directos e indirectos” en recaudación por un día de cese de actividades de algunos de los gremios que se movilizaron. 

Frigerio insistió que la movilización “tuvo como principal impulsor un tema personal de un dirigente sindical, que cree que no debe ser tratado igual en la Justicia...nosotros no perseguimos a Moyano. El Gobierno no persigue a nadie y éste es el cambio cultural del país que nos diferencia del gobierno anterior”, sostuvo.

Desde la provincia de Entre Ríos, Macri lanzó un mensaje a los sindicalistas pidiendo una Argentina “sin aprietes, extorsiones, comportamientos mafiosos y sin buscar privilegios, sino todos sentados alrededor de una mesa viendo qué puedo aportar”.

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La marcha fue convocada por el sindicalismo, pero contó con el apoyo de grupos y movimientos sociales así como de agrupaciones políticas de izquierda y otros sectores que se oponen a la agenda económica de Macri.

A pesar de la posición del Gobierno respecto a la movilización del 21F en Argentina las imágenes de la marcha muestran la asistencia a la marcha en contra de las medidas de Macri.