Hace unas semanas, Europa anunció que permitiría la entrada de 50.000 refugiados aproximadamente en los próximos dos años, con el propósito de detener la inmigración ilegal.

La entrada será privilegiada para personas procedentes de Libia, Egipto, Nigeria, Sudán, Chad, Etiopía y Turquía, y le otorgará diez mil euros (unos 11.740 dólares) a cada país de la lista por cada persona que entre al territorio europeo. De esta manera, la Comisión Europea espera crear unas medidas para acoger a inmigrantes de terceros países.

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Sin embargo, son más de 180.000 personas las que se encuentran en condición de refugiados, principalmente porque huyen de las guerras en los países orientales. La Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) denunció que la Unión Europea (UE) solo ha trasladado una de cada cuatro personas de las que prometió acoger.

Dificultad del sistema migratorio europeo

Europa calificó la crisis de apátridas como un problema desde la Segunda Guerra Mundial, siendo las crisis económicas y los conflictos armados los principales motivos de la inmigración de Oriente Medio y África del Norte.

Más de 83.900 inmigrantes y refugiados han llegado al continente desde el Mediterráneo en los primero seis meses de este año, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), existen más de 70 millones de personas exiliadas en el mundo, que se encuentran solicitando amparo o desplazadas de sus países.

A pesar de los compromisos de la Comisión Europea, los países que acordaron a acoger a los expatriados no están cumpliendo con sus responsabilidades. Como consecuencia, la secretaria general de CEAR, Estrella Galán, afirmó que "el proceso ha sido un gran fraude para la ciudadanía, las personas refugiadas y para los Derechos Humanos".

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CEAR explica que España se comprometió a acoger a 17.337 personas en su territorio, y solo cumplió con 1.983 refugiados, es decir, solo le ha brindado asilo al 11 por ciento. Por debajo del país español hay otras naciones que han brindado poco  apoyo a los perseguidos, como Croacia (con el ocho por ciento), Bulgaria (3,8 por ciento), Eslovaquia (1,7 por ciento), Austria (0,7 por ciento) y República Checa (0,4 por ciento).

"Lo único que ha demostrado este infame acuerdo es que, por muchos obstáculos mortales que se trate de poner a las personas refugiadas, siempre buscarán nuevas rutas, cada vez más peligrosas", denunció Galán.

Según sostuvo Galán, el reasentamiento sufre muchos obstáculos impuestos por los Estados miembros de la Unión Europea, y las políticas hechas por estos países están “basadas en la seguridad y no en los derechos humanos” y estas “no sólo provocan muertes, sino que impiden a los que sí que han podido llegar desarrollar una vida plena en Europa".

Los países de la Unión Europea se han limitado a refugiar a personas que gozan de un reconocimiento de protección internacional de más de un 75 por ciento en total de estas naciones. Esta medida ha dejado sin asilo a personas que sufren de graves conflictos en sus países.

También se ha agudizado el proceso de identificación y traslado en Grecia e Italia, lo cual ha condicionado gravemente el número de personas amparadas.

Algunos países han limitado la protección de personas con discapacidad o enfermedades graves, víctimas de violencia de género y menores de edad.

CEAR cree que debió sancionar gravemente a los países que no cumplieran con los compromisos de refugio, esto responde a una falta de voluntad política que puede traducirse como una clara xenofobia, explica la directora de Políticas y Campañas del organismo, Paloma Favieres.

"Por tanto, es evidente que no faltan personas para trasladar, sino voluntad para acogerlos, dejando a un lado las restricciones que los propios Estados han impuesto a este proceso" denuncia la organización.

Convenio de Ginebra es infringido

Luego del acuerdo de la UE con Turquía, las naciones decidieron no recibir a los exiliados que se encontraban refugiados en Grecia, por lo tanto, las opciones que tienen es quedarse en Grecia o volver a los países de conflicto. Este acuerdo tuvo el propósito de "cerrar la ruta marítima a los refugiados procedentes de Turquía".

Este acuerdo vulnera los tratados del convenio de Ginebra, el cual viola los derechos de asilo, y cinco convenciones diferentes que preservan los DD.HH, como: Convención Europea de Derechos Humanos, la Declaración Universal hasta la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, la Convención de Ginebra sobre los Refugiados de 1951, entre otras.

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La ONG manifestó en un comunicado que “por cada uno de los refugiados que arriesgue su vida en el mar y sea sumariamente devuelto a Turquía, otro puede tener la oportunidad de llegar a Europa desde la propia Turquía en el marco del programa de reasentamiento propuesto. Este burdo cálculo reduce a las personas a meros números, negándoles un trato humano y desechando su derecho a buscar protección”.

Bajo una excusa de resguardar la seguridad nacional y la preservación de los valores occidentales, Europa se presenta como un continente inhumado e incapaz de proteger los Derechos Humanos de las personas que por razones ajenas a su voluntad, se encuentran en condiciones de exiliados en las naciones europeas.