Intelectuales brasileños lanzaron este viernes un manifiesto contra las propuestas de acusación a la presidenta Dilma Rousseff, el documento, titulado "La Sociedad Brasileña Necesita Reinventar la Esperanza, el impedimento” es señalado como un riesgo a la “constitucionalidad democrática” y una violación del Estado de derecho. 

El jurista Fabio Konder Comparato, uno de los responsables de elaborar el documento, manifestó que los argumentos a favor del apartamiento de Rousseff se refieren a acciones de su anterior mandato. Sin embargo, la jefa de Estado solo podría ser impugnada por hechos relativos a su actual gestión “lo que la oposición, por intermedio de dos eminentes juristas, está haciendo es traer a discusión hechos ocurridos durante el primer mandato de la presidenta Rousseff”, precisó. 

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Por su parte, el politólogo André Singer, calificó de “golpista” el movimiento que buscar apartar a Rousseff, “Estamos aquí para decir alto y claro que el intento de impugnar a la presidenta Dilma Rousseff es un grave retroceso institucional y un grave atentado contra la democracia”. 

La filósofa Marilena Chauí dijo que ve las solicitudes de acusación hacia Rousseff como un ataque contra los avances democráticos construidos tras el fin de la dictadura, “independientemente de cuán limitadas fueron las acciones de los recientes gobiernos, fue en ese sentido que caminamos. Hacia un espacio público republicano y un espacio democrático de derechos. Es eso lo que quieren frenar”. 

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CONTEXTO: Desde que salió a la luz pública el caso de corrupción en Petrobras, la oposición brasileña pretende vincular a la presidenta Dilma Rousseff y a los miembros de su fuerza política Partido de los Trabajadores (PT) en este caso para solicitar su destitución.

Esta misma táctica fue utilizada en las elecciones presidenciales de 2014 por el principal bastión de la oposición el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), liderado por Aécio Neves, quien era el contrincante de Rousseff y, a pesar de ello, la mandataria triunfó para iniciar su segundo período como sucesora de Lula da Silva, ratificando su compromiso con la educación y la alfabetización.

Recientemente, el Tribunal de Cuentas brasileño no aprobó el presupuesto presentado por el Ejecutivo concerniente al año 2014, por supuestamente “haber modificado el déficit”, ayudando con esto a la oposición en su campaña para destituir a Dilma, a quien actualmente piden que se le haga el juicio político.   

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