La cumbre de líderes socialdemócratas europeos, presidida por el presidente francés François Hollande, se realizó este sábado en el Palacio del Elíseo, en París, para debatir la crisis que actualmente enfrenta la Unión Europea (UE) para "albergar" a los refugiados.

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Ante las críticas de la ONU y de las ONG sobre la legalidad del acuerdo con Turquía, el presidente francés considera que debería haber una protección externa a las fronteras, "es nuestro deber, y si las protegemos, entonces, no necesitaremos restaurar nuestras fronteras internas. Una decisión que han tomado de manera unilateral algunos países”.

Con respecto a Ankara continuó diciendo que no se hará “ninguna concesión en materia de derechos humanos ni visados”, a menos que Turquía logre controlar la entrada de inmigrantes y refugiados a territorio europeo.

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En el encuentro también se discutió la posible creación de un plan de migración, basado en un acuerdo que establezca que Ankara se lleve de regreso a los inmigrantes que llegan a Grecia a través del mar Egeo, y a cambio la UE ofrezca abrir sus puertas para aquellos solicitantes de Turquía, que pidan asilo por los canales oficiales.

Hollande, además manifestó su fe en que las próximas conversaciones con Turquía estén enmarcadas en un ambiente de “transparencia”, reunión que está prevista para los días 17 y 18 de marzo en la cumbre europea organizada en Bruselas.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, por su parte, de una tendencia de izquierda radical, se negó a apoyar las opiniones emitidas por los líderes que asistieron al encuentro. “Necesitamos recuperar nuestros valores fundacionales: la solidaridad, la democracia y la cohesión social. Las fuerzas progresistas deben unirse para hacer frente a grandes desafíos. Las políticas de extrema derecha y aquellos que levantan vallas están creando una atmósfera mala en Europa”.

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A la jornada asistieron el primer ministro de Italia, Matteo Renzi; el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel; y Werner Faymann, canciller de Austria, este último el instigador principal que provocó que los países del sur de Europa, principalmente la República de Macedonia, cerrara la “ruta de los Balcanes”

En Contexto

El cierre de la frontera de Macedonia con la parte norte de Grecia agravó la situación de miles de refugiados estancados en el campamento fronterizo de Idomeni, puesto que por día solo les permiten cruzar las líneas limítrofes a unos pocos, mientras que la cantidad de personas que llegan día tras día desde Ankara a las costas griegas es alta.

El acuerdo con Turquía aún no ha finalizado, por lo que en la próxima cumbre se buscará definir las condiciones de ese paquete de ayuda a Ankara, quien por su parte pide la adhesión a la UE y un sistema de visados para sus ciudadanos.

Entre tanto, algunos Gobiernos europeos dudan que Turquía sea un país seguro para enviar la gran cantidad de refugiados que han llegado y siguen llegando a Grecia.