El presidente de Francia, Francois Hollande, prometió este viernes "solemnemente" hacer lo necesario para "destruir el ejército de fanáticos" que atentaron contra París el pasado 13 de noviembre y que dejó un saldo de 130 personas fallecidas. 

Hollande hizo estas declaraciones durante la ceremonia en honor a las víctimas, a la que asistieron unas 2 mil personas, entre ellas personalidades políticas y familiares de los caídos, quienes reprochan al Gobierno francés por no tomar medidas de seguridad más "fuertes".

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"Los que cayeron el 13 de noviembre encarnaban nuestros valores y nuestro deber es más que nunca hacerlos vivir. No cederemos ni al miedo ni al odio. Y si la cólera se apodera de nosotros, la pondremos al servicio de la calma determinación de defender la libertad", afirmó Hollande en referencia a los atentados terroristas perpetrados por el autodenominado Estado Islámico (EI).

Calificó como "horda de asesinos" al grupo extremista que llevó a cabo un "acto de guerra organizado desde lejos y fríamente ejecutado", y aseguró que actuaron "en nombre de una causa demente y de un dios traicionado".

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Al inicio de la ceremonia, fueron mencionados los nombres de todos los fallecidos y sus edades, la mayoría eran jóvenes.

"Eran la juventud de Francia", dijo Hollande, y añadió que esa "generación", asesinada en terrazas de cafés y en la sala de espectáculos Bataclan, se ha convertido "en el rostro de Francia".

En contexto

El pasado viernes 13 de noviembre París fue el escenario de un múltiple atentado terrorista que acabó con la vida de 130 personas y dejó más de 350 heridos.

Este sería el peor ataque que sufre Francia en la historia reciente. Tras el atentado el gobierno francés intensificó sus acciones contra el autodenominado Estado Islámico en Siria.