El espionaje de Estados Unidos puede llegar al servicio de mensajería instantánea Telegram, según informó a través de Twitter, su fundador, el ruso Pavel Durov. 

Aseguró que durante una visita a los EE.UU. dos agencias de ese país sobornaron a sus desarrolladores para “comprometer la seguridad de la aplicación con una puerta trasera que facilitase su acceso”. También afirmó que él mismo ha sufrido presiones del FBI estadounidense.

Durov, fundador también de VKontakte, una versión rusa de Facebook, expresó que es “naíf” pensar que se puede tener una aplicación de mensajería independiente y plenamente encriptada (imposible de monitorizar por terceros) en los EE.UU.

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Incluso insinuó que otras aplicaciones de mensajería han sucumbido a las peticiones de las agencias de espionaje. “La encriptación de Signal (además de Whatsapp y Facebook) la financió el Gobierno de los EE.UU.”, dijo.

Edward Snowden, el confidente que filtró al The Guardian información acerca del trabajo de espionaje de la NSA, asegura  que Telegram “lo lleva gente con buenas intenciones. Es mejor que nada, pero las opciones predeterminadas son inseguras y lo convierte en peligroso para usuarios poco expertos”. Sin embargo, su propio fundador en declaraciones anteriores aseveró que “las comunicaciones de Telegram no las pueden monitorizar terceros”. 

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