La ejecución del clérigo chiita Nimr Baqr al-Nimr por parte del gobierno Saudi ha desatado una ola de protestas en Irán, El Libano y Bahrein en repudio a la medida ordenada por el rey saudita Salman bin Abdelaziz quien ha asegurado que el religioso y los 47 ejecutados pertenecía al al movimiento Al-Qaeda.

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El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei calificó al predicador chií Nimr Baqr al-Nimr como un "mártir" pacífico e indicó que había sido ejecutado por su oposición a los gobernantes sunitas de Arabia Saudita.

Nimr Baqr al-Nimr fue un luchador a favor de la integración de Arabia Saudita con el reino de Bahrein e inspiro las movilizaciones entre 2011 y 2012 en la provincia oriental saudita de mayoría chiita. Tras organizar estas las protestas al Nirm se erigió como una de las principales voces contra las autoridades saudíes, denunciando la discriminación histórica de la comunidad chií en Arabia Saudí.

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En la ultima década el clérigo chiita fue objeto de una constante persecución y represión por parte de las autoridades de Arabia Saudí que los encarcelo al menos tres veces por sus constate critica y denuncia en contra de la monarquía saudíta.  

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El 15 de octubre de 2014, Nimr Baqr al-Nimr fue sentenciado a muerte por un Tribunal Penal Especial de Riad por los delitos de terrorismo, sedición, desobediencia a las autoridades, al conocer el fallo de la corte varias organizaciones de derechos humanos denunciaron que el proceso judicial contra Al Nimr fue "gravemente irregular".