El año 2017 cuenta, hasta la fecha, como el más violento del período de gobierno del presidente de México Enrique Peña Nieto (EPN), el último de su mandato.

El mes de marzo ha sido el que más homicidios registró desde la llegada del mandatario a la presidencia, el 1 de diciembre de 2012.  Las cifras del tercer mes de este año superaron las de febrero y enero. Se tienen constancia de 2.020 asesinatos. La cifra de los dos mil asesinatos no se superaba desde el año 2011.

Durante todo el sexenio de EPN el número carpetas de investigación por homicidio asciende a 75.475. Esta cifra es casi 20 por ciento superior frente a los 63.094 homicidios registrados durante la presidencia de Felipe Calderón.

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Según datos registrados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el año 2012 se reportaron 25.750 asesinatos; 22,864 en el 2013; en el 2014 se registraron 19,824 y 20.568 en el año 2015, cifras que demuestran que durante la administración actual se han cometido 12 mil homicidios más en comparación con el sexenio de Calderon que registró un promedio anual de 17.504 asesinatos.

Recientemente el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por su siglas en ingles) ubicó en su informe anual a México como el segundo país más violento del mundo, con 23.000 asesinatos durante el año 2016, solo por detrás de Siria, con 50.000 y antes que Afganistán e Irak, con 17.000 y 16.000 respectivamente.

La institución británica IISS profundizó en el incremento de un 22,8 por ciento del crimen en el último año, lo que considera un deterioro en una de las principales promesas de campaña de Peña Nieto, además de que ha sido incapaz llevar adelante la Ley de Seguridad Interior, una hoja de ruta para la actuación de las fuerzas armadas y federales en el combate al crimen organizado.

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La situación de la violencia en México se deriva de las guerras contra el crimen organizado y la lucha contra el narcotráfico. Los civiles son las principales víctimas de estos conflictos criminales, donde bandas del narcotráfico se enfrentan entre sí y contra el Estado por el control territorial.