Más de 60 delegados de movimientos populares de 17 países de América Latina y el Caribe se reunieron del 22 al 24 de julio en Caracas, Venezuela, en un encuentro organizado por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

LEA TAMBIÉN:

Cuba y ALBA-TCP refuerzan compromiso para avanzar en la Agenda Estratégica 2030

El evento, celebrado en la Escuela Robinsoniana del Frente Francisco de Miranda, abordó los desafíos de las luchas populares frente a la crisis del capitalismo y el avance de la derecha en la región.

Un punto central del encuentro fue la propuesta de realizar la IV Asamblea Continental de los Movimientos del ALBA en Cuba, concebida como una oportunidad para consolidar una agenda común. María del Carmen Barroso, del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), señaló: «No podemos permitir que la asamblea sea un evento más. Debe ser un hito político con un claro horizonte de integración desde y para los pueblos».

Los delegados acordaron que esta asamblea debe promover la incorporación de nuevos movimientos, fortalecer la coordinación con otras alianzas regionales y consolidar acciones de solidaridad con Cuba, Venezuela y Haití, países vistos como baluartes contra el imperialismo.

El encuentro analizó la crisis sistémica del capitalismo global, con énfasis en las luchas antipatriarcales, anticoloniales y antiimperialistas. Los participantes debatieron la coyuntura política en América Latina, marcada por la alternancia de gobiernos progresistas y conservadores, así como por el auge de la extrema derecha y el evangelismo como expresión de un nuevo fundamentalismo político.

En este contexto, se destacó la necesidad de una disputa ideológica anclada en la construcción de poder material. Manuel Bertoldi, de la coordinación política de Alba Movimientos, afirmó que «se trata también de construir hechos, resultados, poder económico y relaciones sociales que reflejen nuestra cosmovisión».

Hernán Vargas, del Movimiento Pobladores, rememoró el origen de Alba Movimientos tras la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en 2005. Subrayó que el momento actual se caracteriza por la falta de hegemonía clara y los desafíos para la articulación regional, señalando que sectores de la izquierda han limitado su acción al defender el Estado burgués liberal.

El racismo estructural y la relevancia de las revoluciones caribeñas en las luchas de los pueblos afrodescendientes también ocuparon un lugar destacado en los debates. Los delegados subrayaron que estas perspectivas son esenciales para comprender los retos actuales y la trayectoria de la resistencia popular en la región.

El encuentro marcó un paso hacia la coordinación continental, con el objetivo de fortalecer la unidad de los movimientos sociales y proyectar una agenda que responda a los desafíos del presente. La propuesta de la asamblea en Cuba se perfila como un espacio clave para consolidar estas luchas y avanzar en la construcción de un proyecto político alternativo desde los pueblos.

EN ESTA NOTA: