Las masacres que México no olvida
La impunidad por parte del Estado mexicano frente a las masacres y crímenes de lesa humanidad contra el pueblo, muestra una política de criminalización hacia las comunidades más humildes y movimientos sociales que reclaman una reforma social, política y económica.
Este lunes, México conmemora 49 años de la Matanza de Tlatelolco, efectuada durante una manifestación estudiantil que exigía sus derechos y clamaban por una transformación democrática, mayor igualdad y libertades civiles. En ese momento gobernaba Gustavo Díaz Ordaz.
La década de los 60 significó un cambio radical para el mundo. Las clases sociales desposeídas comenzaron a sublevarse contra el sistema capitalista y surgieron movimientos que reclamaban igualdad y reivindicaciones sociales. Un ejemplo de esto fue el “Mayo Francés” que reunió a diferentes grupos universitarios.
Estos grupos insurgentes inspiraron a las universidades en México, donde estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Chapingo, el Colegio de México, la Universidad Iberoamericana, profesores, amas de casa, intelectuales, obreros de la capital se unieron para crear el Consejo Nacional de Huelga en contra de la corrupción, el autoritarismo y denunciar las fuertes crisis económicas.
El 27 de agosto de 1968, unos 200.000 estudiantes manifestaron en la Ciudad de México y al día siguiente la policía reprimió la protesta. En septiembre, cuando se estaba gestando los Juegos Olímpicos, el Gobierno permitió allanar los campus universitarios de varias instituciones que dejó decenas de heridos y asesinatos. Esto despertó el descontento de miles de estudiantes que se aproximaron a la capital para manifestar su rechazo a las acciones del Gobierno.
El 2 de octubre de 1968, aproximadamente 500.000 estudiantes se reunieron en la Plaza de Tlatelolco -también conocida como de las Tres Culturas-, pero todas las calles estaban asediadas por las fuerzas armadas mexicanas.
Un helicóptero lanzó bengalas entre la multitud y los militares abrieron fuego contra los universitarios. Aunque no se sabe con exactitud la cifra de muertos o heridos, porque el Gobierno ocultó la evidencia, se calcula que aproximadamente 400 estudiantes fueron asesinados, mientras que otros 1000 resultaron heridos.
Después de la masacre, el Consejo Nacional de Huelga se desintegró, pero cada 2 de octubre se realiza una marcha en memoria de los caídos para exigir al Gobierno esclarecer los hechos.
El Halconazo (1971)
La matanza del Jueves de Corpus o el “Halconazo” es llamada así porque un grupo llamado “Los halcones” reprimió brutalmente a estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que manifestaban su apoyo a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) durante el mandato de Luis Echeverría.
La UANL modificó sus normas para que una mayor cantidad de estudiantes y profesores pudieran ejercer su voto para elegir al rector de la universidad. No conforme con esto, el Gobierno obligó a la universidad a establecer una ley para eliminar la autonomía y redujo su presupuesto.
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El 10 de junio de 1971, una marcha de estudiantes pretendía llegar a Zócalo, pero una granada de “Los halcones” explotó en medio de la manifestación y gran cantidad de estudiantes fueron golpeados y asesinados por los miembros del grupo.
Aguas Blancas (1995)
El 28 de julio de 1995, la policía de Guerrero asesinó a 17 campesinos e hirió 23 más en Aguas Blancas, sur de México, para impedir su asistencia a un mitin que se realizaría en un poblado cercano. Hasta la fecha no hay ningún detenido por el hecho.
La masacre de Acteal (1997)
En este suceso ocurrido el 22 de diciembre de 1997, fueron asesinados 45 indígenas de la etnia Tzotzil, pertenecientes a comunidad de Acteal. Aún no hay detenidos por la masacre. Algunos señalan como responsables al Gobierno.
Según un comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional el 23 de diciembre de 1997, establece que “de acuerdo a la información recabada hasta ahora, unos 60 paramilitares del Partido Revolucionario Institucional (patrocinados por los gobiernos federal y estatal) fueron los que atacaron con armas de grueso calibre a los indígenas desplazados que se encontraban refugiados en Acteal”.
Más adelante informa que “la responsabilidad directa de estos hechos sangrientos recae en Ernesto Zedillo Ponce de León y la Secretaría de Gobernación, quienes desde hace dos años dieron luz verde al proyecto de contrainsurgencia presentado por el Ejército federal.
Dicho proyecto intenta desplazar la guerra zapatista hacia un conflicto entre indígenas, motivado por diferencias religiosas, políticas o étnicas”.
La masacre de San Fernando (2010,2011)
El 24 de agosto de 2010, 72 cadáveres de inmigrantes fueron hallados en una bodega abandonada en el municipio de San Fernando, en Tamaulipas.
En julio pasado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en México, recalificó el asesinato de 72 inmigrantes como grave violación de derechos humanos, por lo que se hará pública la información del expediente.
Una segunda matanza ocurrió en 2011. En varias fosas comunes hallaron 193 cadáveres. Se dice que son más de 500, pero que el Gobierno de Tamaulipas niega a revelar las cifras correctas de la masacre.
Informes oficiales señalan a la banda delictiva “Los Zetas” como los responsables de ambas masacres.
Masacre de Tlataya (2014)
De acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en la madrugada del 30 de junio de 2014, un enfrentamiento entre militares y una banda delictiva dejó un saldo de 22 civiles muertos y un militar herido.
Evidencias presentadas en julio de 2015, por un grupo de defensores de derechos humanos en México apuntan a que el Ejército asesinó a quemarropa a la mayoría de los presuntos delincuentes en una bodega del pueblo de Tlatlaya.
El caso de los normalistas de Ayotzinapa (2014)
El 26 de septiembre de 2014, unos 100 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron a Iguala, Estado de Guerrero, para abordar un autobús rumbo a Ciudad de México para conmemorar La Matanza de Tlatelolco.
En la noche, la policía de Iguala disparó a los autobuses cargados de estudiantes, de los cuales 43 fueron desaparecidos, tres asesinados y varios resultaron heridos.
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