Las calles de Estados Unidos (EE.UU.) fueron el escenario para que miles de personas expresaran una vez más su rechazo a las políticas migratoria promovidas por el presidente Donald Trump, las cuales separan a niños de sus padres tras ser detenidos en la frontera con México.

Organizaciones de derechos humanos indicaron que la protesta se realiza en todo el país también contra el secretario de Justicia, Jeff Session, y los agentes policiales fronterizos, específicamente, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (ICE, por su sigla en inglés).

En Washington, más de 50.000 personas se concentraron frente a la Casa Blanca (sede del Ejecutivo) para dirigirse hacia el Capitolio, entre consignas que piden acabar con la detención de inmigrantes indocumentados y un alto a las políticas migratorias estrictas que implementa el Gobierno.

Asimismo, en la ciudad de Boston del estado de Massachusetts (noreste), fueron organizadas dos marchas; la primera desde la Alcaldía hasta el parque  Boston Common mientras que la segunda partió del parque Wellington Common hacia la penitenciaría South Bay, donde hau inmigrantes detenidos.

En  las ciudades de Dallas y Portland también fueron convocadas manifestaciones con pancartas que exigían “compasión, no crueldad” y otras que recordaban “noviembre de acerca”, en referencia a las próximas elecciones legislativas.

La coorganizadora de la protesta en Portland, Kate Sharaf, aseguró que aunque no era una activista, considera que "llegué a un punto en donde sentía que podía hacer más”.

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