Niños pioneros, los guardianes de las elecciones en Cuba
Contrario a como sucede en muchos países, donde las urnas en los procesos de sufragio universal son salvaguardas por militares, en Cuba estos depósitos son cuidados por niños y adolescentes.
Los pioneros, vestidos con sus respectivos uniformes escolares, en edades comprendidas entre los 5 y 15 años aproximadamente, se ubican uno a cada lado de una urna certificando que cada persona que ejerza su derecho introduzca allí su comprobante de voto. De esta manera, el sistema electoral cubano involucra a toda la población en este importante proceso democrático.
Ellos también son quienes se encargan de llevar la boleta a aquellas personas que por razones salud no pueden acudir a los centros de votación.
¿Qué se necesita para ser un pionero?
Para que los niños ejerzan esta importante tarea, primero deben formar parte de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) creada en 1977. Este ente se encarga de desarrollar en los niños y adolescentes el interés por el estudio, el sentido de la responsabilidad social, el amor por la patria y los pueblos del mundo.
Los pequeños ingresan a la organización desde que tienen cinco años y se van desarrollando en distintas áreas de formación, entre las deportivas, culturales y recreativas. Al mismo tiempo, desarrollan cualidades morales como el sentido del honor, la modestia y la solidaridad.
Los pioneros participan como guardianes de las urnas desde 1976 y para participar en este proceso son los propios niños y adolescentes quienes se postulan, bajo el conocimiento previo de sus familiares y representantes.
Este acto que se distingue del resto del mundo, simboliza la confianza en las nuevas generaciones y la seguridad ciudadana.
De esta manera, en Cuba se logra que los niños y adolecentes desde muy temprana edad se involucren en el proceso electoral y cuando les llegue el momento de ejercer su derecho al voto, a partir de los 16 años, ya estén familiarizados con el proceso.