El ultraderechista Jair Bolsonaro es electo presidente de Brasil en esta segunda vuelta con el más del 55 por ciento de los votos, lo que representa el regreso a la extrema derecha al país suramericano, lo que no ocurría desde la dictadura de 1985.

Asesorado por el economista ultraliberal, Paulo Guedes, Bolsonaro ha sido claro en su hoja de ruta. En primer lugar quiere achicar el Estado al reducir la inversión social, especialmente en educación, salud y jubilaciones.

"La centralización de recursos y poder acaba corrompiendo la política y estancando la economía", expresó Guedes en su momento, como parte de su crítica al "Estado disfuncional", que en su opinión encarna aquel liderado por el Partido de los Trabajadores (PT).

El modelo de Bolsonaro también supone una masiva privatización de empresas estatales. En Brasil hay 147 de esas, entre las que sobresale la petrolera Petrobras.

"Extinguir y privatizar gran parte de las estatales que hoy existen" es su objetivo. "Son gastos innecesarios que deben atender a la población", subrayó Bolsonaro, cuyo principal asesor aboga por aumentar los impuestos.

El PDT de @cirogomes, quien alcanzó el tercer lugar en las presidenciales, va a pedir la anulación de la elección en primera vuelta ante la relevelación del esquema de corrupción por parte de empresas para difundir noticias falsas y favorecer a Bolsonaro. pic.twitter.com/vTzoRydjVC

— Nacho Lemus (@LemusteleSUR) 18 de octubre de 2018

En septiembre Guedes causó polémica al anunciar que pretende recrear un impuesto a las transacciones bancarias e incrementar el impuesto a las ganancias de los que menos ganan.

En contraposición, apuestan por disminuir la carga impositiva de las empresas del 34 al 15 por ciento. "Mejorar la carga tributaria para que los que pagan mucho, paguen menos", es la propuesta del binomio Bolsonaro-Guedes.

Sumado a esto, piensa aplicar una "flexibilización laboral" que esté acompañada de unos recortes de los derechos de los trabajadores; una acción que algunos analistas consideran la radicalización y profundización de las reformas del presidente no electo, Michel Temer.

“A diferencia de Bolsonaro no tendremos ningún miembro del gobierno de Temer en el área económica. A partir del 1 de enero saldrá todo su equipo”, dice Fernando Haddad y además reafirma su proyecto de reforma tributaria sobre los sectores más ricos. pic.twitter.com/wBvYlD316d

— Nacho Lemus (@LemusteleSUR) 16 de octubre de 2018

Las medidas de Temer, que son rechazadas por la gran mayoría del pueblo, no han permitido retomar el crecimiento e incluso ha generado desempleo —en la actualidad hay más de 13 millones de brasileños sin trabajo—.

El ganador de la primera vuelta ha sido enfático que otra de sus propuestas estrella es reducir drásticamente el número de ministerios, sin aportar una opción alternativa a los miles de brasileños que laboran allí.

"Pretendemos tener un Ministerio bastante reducido, con aproximadamente 15 nombres", dijo al referirse al actual Gabinete con 29 carteras. 

A pesar de sus ideas y sus polémicas declaraciones, los sondeos le otorgan una victoria en el balotaje con el 59 por ciento de los votos. El capitán retirado ha llegado a afirmar que las "etiquetas" vertidas sobre él "poco a poco (están) siendo desmitificadas".