Filipinas celebra este lunes las elecciones legislativas y municipales en las que el presidente filipino, Rodrigo Duterte aspira a conseguir la mayoría parlamentaria y avanzar en una reforma constitucional y el restablecimiento de la pena de muerte. 

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Desde tempranas horas multitud de electores esperaban afuera de los colegios electorales, incluso antes de que éstos abrieran para participar en los comicios. Alrededor de 61 millones de filipinos están llamados a las urnas. 

Más de 18.000 cargos públicos están en juego en estos comicios, incluyendo la mitad de los escaños del Senado institución que ha bloqueado las iniciativas del presidente Duterte

Elegido en los comicios de  2016, Rodrigo Duterte ha sido objeto de críticas internacionales  por su política contra el tráfico de drogas en el país asiático.

Según las últimas encuestas Duterte no lograra hacerse con la mayoría de la Cámara de Senadores la cual está compuesta por 24 escaños.

Cualquier reforma constitucional requiere del visto bueno del Congreso y de una aprobación por referendo popular.

La reinstauración de la pena de muerte y la reforma a la Carta Magna ya cuenta con la aprobación de Diputados desde 2016, pero hasta la fecha han sido rechazadas por el Senado.

Al inicio de las elecciones se reportaron dos explosiones que no causaron víctimas se en la zona de mayoría musulmana del sur de Filipinas.

Los filipinos deberán  elegir en estos comicios municipales y legislativos entre 43.000 candidatos a 18.000 cargos públicos, que incluyen alcaldes, concejales, gobernadores provinciales y unos 300 congresistas.