Unas 356.274 personas en Nicaragua perdieron sus empleos durante los tres meses que se registraron los focos de violencia por parte de los grupos armados, así lo denunció la vicepresidencia Rosario Murillo.

La vicepresidente nicaragüense señaló que los grupos armados llevaron al desempleo, “pero vamos a salir adelante, vamos a seguir trabajando porque tenemos una cualidad en nuestra alma, somos trabajadores”.

Murillo detalló que la violencia provocó que unas 356.247 cabezas de familia quedaran sin empleo, las cuales explicó que no eran ricas, sino pobres que prosperaba para ser clase media, emprendedoras y luchadoras.

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“Este fue un golpe terrorista, fueron crímenes cometidos con un sentido clasista, de odio a los pobres (...) se ensañaron con los hospitales, centros de salud, ambulancias, quisieron despojar a los pobres del derecho a la salud y a la educación y por eso pagarán”, apuntó la funcionaria.

Agregó que destruyeron unos 88 edificios de las alcaldías, 46 de la policía Nacional, cuatro del Ministerio de Agricultura, dos de Mi Familia, uno del MTI, 47 escuelas, 2 unidades de salud y 251 edificios públicos.

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La vicepresidenta de Nicaragua aseguró que la nación volverá a prosperar y la “criminal estrategia de comunicación internacional de difamación y desprestigio, se va a ir”.

Reiteró que los terroristas pagarán por sus crímenes y la destrucción en Nicaragua que acabó con la vida de 198 ciudadanos.