Pese a las medidas tomadas el pasado martes por el presidente de Francia, Enmanuel Macron, que pospuso el alza del gas por seis meses, los manifestantes, conocidos como los chalecos amarillos, anunciaron que continuarán las protestas por otros asuntos de servicios públicos que afectan a la comunidad.

"Los franceses no son cabezas de chorlito y no quieren las migajas que les da el Gobierno. Quieren la barra de pan", dijo uno de los manifestantes de 38 años, Benjamin Cauchy .

"Hace unas semanas, esas proposiciones (aplazar el alza) hubiesen tenido algún efecto. Ahora, Macron ha dejado proliferar la cólera y nadie se fía. El movimiento seguirá", afirmó Cauchy.

El grupo anunció que las protestas continuaran y ya tienen próxima fecha: este sábado 8 de diciembre, las calles volverán a teñirse de amarillo.

El pueblo francés señala que la moratoria en el alza de los precios no suponen su suspensión y aseguran que la medida del Gobierno es solo para ganar tiempo y frenar, por ahora, las protestas que se tomaron París desde el pasado sábado 17 de noviembre.

Los chalecos amarillos también señalaron que las decisiones de Macron son irrisorias, tardías y que no lograrán detener las manifestaciones.

Por su parte, el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, instó en nombre del presidente francés, "a las fuerzas políticas, sindicatos y empleadores que pidan calma antes de una nueva reunión planificada de chalecos amarillos este fin de semana".

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