El presidente de Perú, Pedro Castillo, ratificó este martes su voluntad se seguir gobernando pese a los ingentes intentos de la oposición por destituirlo mediante una petición de vacancia ante el Congreso, o a través de una suspensión por acusación constitucional.

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En un acto público desarrollado en su localidad natal de Cajamarca, Castillo expresó que no se dejaría “correr ante un grupo minúsculo que pretende desconocer la voluntad del pueblo. Para mí no hay un paso atrás”, dijo.

De igual manera el mandatario hizo un llamado a la Organización de Estados Americanos (OEA) en aras de que el organismo regional active la Carta Democrática, y “este grupo minoritario entienda de una vez que a la mayoría se la respeta y que las minorías deben respetar lo que dicen las mayorías”, remarcó.

En tal sentido el jefe de Estado advirtió que “mucha gente me ha sindicado que iba a Sarratea, a una casa familiar que me cobijó, en una campaña, pero hoy en día callan cuando van convocados a un hotel para agendar esta plan golpista y que se viene dándose esta semana”, al referirse una reunión organizada por la fundación Friedrich Naumannn y a la que asistieron varios legisladores, entre ellos la presidenta del Congreso María del Carmen Alva.

El Ejecutivo denunció una campaña que se gesta en su contra la cual sostiene que es corrupto y que renunciará a la presidencia, y soslayó que “yo he venido a corregir los errores que se han dado en este país”, y denunció la corrupción evidenciada por sus predecesores y que le robó a la nación más de 20 mil millones de soles (cinco mil 263 millones de dólares).

En tal sentido, el congresista de extrema derecha Jorge Montoya, uno de los impulsores del proceso de vacancia contra Castillo, manifestó que la postura de Castillo “va a tener su cuota de sangre”; al tiempo que sostuvo confía en reunir los 87 votos necesarios para que el Congreso retire al presidente.

Declaraciones ante las cuales la congresista Margot Palacios, del partido gobernante, Perú Libre, soslayó que “no permitiremos que la extrema derecha genere un baño de sangre del pueblo peruano”; e instó a la Fiscalía a investigar la amenaza del legislador opositor Montoya.

Por su parte, el exprocurador Anticorrupción, Cézar Azabache, pronosticó que, de ser vacado Castillo, podría suscitarse otra ola de protestas sociales similar a la que con la pérdida de dos vidas humanas, obligó a renunciar al presidente conservador Manuel Merino, quien ocupó el cargo durante menos de una semana tras la vacancia de Martín Vizcarra.