El ministro de Salud Pública del Líbano, Firas Al-Abyad, confirmó este miércoles que los pacientes por la enfermedad del cólera ascendieron a 169 y se reportaron cinco muertes, principalmente entre ciudadanos sirios refugiados en territorio nacional.

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Según el ministro, “hay una propagación acelerada de la epidemia en Líbano. Es cierto que la gran mayoría de los pacientes están desplazados, pero estamos empezando a notar un aumento de casos entre los ciudadanos libaneses”.

“Las causas de muerte son múltiples, incluyendo algunos retrasos en llegar al hospital a pesar de sufrir síntomas”, refirió el jefe de la cartera.

Agregó que “el agua contaminada es sin duda una de las principales causas de la propagación de la pandemia, ya que las inspecciones por parte del Ministerio de Salud Pública registraron muchas fuentes de contaminación de agua, incluyendo la que se utiliza en algunos campamentos u hogares”.

Al referir que es necesaria el agua potable como un factor clave para limitar la propagación de la pandemia, Al-Abyad reiteró la necesidad de asegurar electricidad para las estaciones de bombeo.

 El funcionario manifestó la necesidad de articulación entre “la plataforma unificada que se está creando en coordinación con la Cámara de Gestión de Desastres en la detención gubernamental y con todos los socios y ministerios para unificar esfuerzos, coordinar información y realizar una respuesta rápida e inmediata en línea con lo que se necesita, además de la plataforma asociada de la Unidad de Monitoreo Epidemiológico”.

Al-Abyad comunicó que se establecerá un hospital de campo en Arsal (al noreste de Beirut, capital) además de acondicionar mejor otros ocho hospitales que ya están recibiendo pacientes.

Aunque esta estrategia coloca mayor carga de trabajo sobre los hospitales del Gobierno, el ministro acotó que los centros privados participarán en esta responsabilidad y serán anunciados en su momento.