El candidato a la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, precisó este miércoles que mantiene el mismo respeto que lo motivó a apoyar los logros del Pueblo Evangélico y el compromiso por la libertad religiosa en la nación.

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A través de una carta dirigida al pueblo evangélico, a 11 días de la votación de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, al reunirse con líderes religiosos en Sao Paulo, Lula da Silva declaró que "al utilizarse la mentira con el objetivo de provocar el miedo en las personas de buena fe, sentí la necesidad de reafirmar mi compromiso con la libertad de religión en nuestro país".

“Mantengo el mismo respeto y el mismo compromiso que me motivó a apoyar estos logros del Pueblo Evangélico. Y nuestro Pueblo también sabe que me he ocupado, con especial cariño, de los más pobres (...) Así, bajo la Bendición de Dios, mi Gobierno ha contribuido a mejorar la vida de millones de familias brasileñas”, manifestó.

En el documento redactado, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) recordó logros que acontecieron durante su mandato, lo cuales estaban dirigidos al público evangélico, entre ellos la firma de decretos dedicados a la Marcha por Jesús y la Jornada Nacional de los Evangélicos, además de la reforma del Código Civil.

Lula da Silva criticó a los líderes religiosos que utilizan los templos para pedir votos y acotó que su Gobierno no adoptará ninguna actitud que atente contra la libertad de culto y de predicación, o que cree obstáculos al libre funcionamiento de las iglesias.

“Si Dios y el pueblo brasileño me permiten ser elegido, además de mantener estos derechos, estimularé cada vez más la asociación con las Iglesias en el cuidado de la vida del pueblo y de las familias brasileñas”, resaltó el candidato brasileño.

De acuerdo a un análisis realizado por la plataforma Brasil de Fato sobre el balance de los gobiernos de Lula da Silva y Jair Bolsonaro, y compartido por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), “contrariamente a lo que afirman las fake news, además de nunca haber ordenado el cierre de iglesias, Lula facilitó la apertura de templos religiosos, con la Ley 10.825/2003”.

“La medida ayuda a la formalización de cultos y beneficia a varias religiones, incluida la evangélica. Con la nueva legislación, las iglesias independientes se extendieron por todo el país. Antes el proceso era más difícil y para formalizar los templos era necesario someterlos a las grandes denominaciones”, puntualizó Brasil de Fato.