Los países miembro del Mercosur y de la Unión Europea comenzaron el martes pasado , en Asunción, Paraguay una nueva instancia de negociación que permita avanzar en las negociaciones sobre el acuerdo comercia birregional.

Tras las rondas realizadas a mediados de diciembre en Buenos Aires y en enero en Bruselas, las expectativas de los dos bloques están puestas en la cita en la capital de Paraguay.

Negociaciones Mercosur UE

Desde 1995 el Mercado Común del Sur ( Mercosur) y la Unión Europea han mantenido conversaciones para sellar un acuerdo de libre comercio. En un principio las partes esperaban sellar el acuerdo en 1999.

A  casi 19 años del inicio de las conversaciones, el acuerdo comercial no se ha sellado en parte por las diferencias y el ventajismo que ha impuesto la UE lo que llevó a que los miembros del Mercosur paralizarán el proceso.

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Los cambios políticos surgidos en Argentina y Brasil en 2016 dieron un reimpulso y abrió  la puerta a unas negociaciones ágiles, a partir de octubre. La meta : concluir en diciembre de 2017 para la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, en Argentina.

Al analizar el tratado comercial Mercosur - UE se puede entender como se venden las llamadas pequeñas economías a las grandes o poderosas.

Cómo se venden las pequeñas economías

Las pequeñas economías ofrecen ventajas para hacerse más atractivas a la inversión extranjera como (reducción de impuestos y aranceles, facilidades de créditos y pagos) con el objetivo del crecimiento y desarrollo económico.

Las políticas de ofrecimiento están ligadas a una agenda neoliberal que conlleva ordenamiento jurídico global e inflexible; legislaciones nacionales desreguladas y actos soberanos cancelados por acuerdos comerciales en función de la “seguridad jurídica”.

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Las pequeñas economías se entregan a una integración subordinada y desequilibrada al mercado global, y la aceptación de la nueva división mundial del trabajo.

TLC Mercosur - UE

A pesar de las buenas intenciones del bloque europeo, es previsible que la UE seguirá sosteniendo las subvenciones y las protección de su sector agrícola, condición que ha impuesto en las negociaciones y que justifican por la existencia las presiones internas proteccionistas en sus propios países. 

En las negociaciones se ha seguido el libreto de los TLC de nueva generación: preparar el terreno para inversiones extranjeras, eliminar todos los obstáculos para futuras decisiones de los inversores y proteger sus derechos aún cuando se deban modificar leyes de un Estado soberano. 

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Por cerrar el acuerdo Mercosur están dispuestos a firmar como sea, pero no brindando concesiones significativas para una mayor apertura de sus mercados a los productos agropecuarios competitivos mercosureños. 

Estas condiciones privarián a los países del Mercosur el poder alcanzar el que sería el beneficio comercial esperado más importante a cambio de una apertura masiva de los mercados locales a una competencia abierta de una economía más desarrollada.

Si se revisan los compromisos que los gobiernos de los países del Mercosur están asumiendo a nivel internacional en el último año, se podrá ver que la tendencia general es a asumir a este tipo de orden global. Macri, Temer, Cartes, e inclusive Tabaré Vázquez, han tomado la vía que los aleja de la protección de los derechos sociales y soberanos de sus países para encarar la ancha avenida neoliberal.