El presidente interino de Brasil, Michel Temer, estudia otro recorte a la inversión pública para "evitar" una mayor disparada del déficit fiscal previsto para este año, según fuentes oficiales.

El posible recorte del gasto público es discutido en una reunión con ocho ministros interinos. Con esto se busca acentuar la austeridad que impuso Temer desde que asumió la presidencia interina el pasado 12 de mayo, tras el golpe de Estado parlamentario contra la mandataria constitucional Dilma Rousseff, actualmente suspendida de sus funciones, mientras enfrenta en el Senado un juicio político por crímenes sin pruebas. 

Con tan solo una semana en el poder, el Gobierno interino anunció un paquete de medidas para recortar el gasto público, sin embargo prevé que las cuentas del Estado cerrarán con un déficit de 170 mil millones de reales (unos 52 mil millones de dólares).

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Una de las medidas de recorte social tomadas por Temer al asumir el poder, fue la reorganización ministerial, que implicó el cierre y fusión de carteras como la del Ministerio del Cultura (fundido al de Educación). Esto tuvo que ser revertido por la movilización de artistas en todo el país. 

Temer también pretendió suspender el programa de viviendas Mi Casa, Mi Vida, pero esta iniciativa fue derrotada por la movilización del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST). 

Asimismo, la sugerencia de aumentar la jornada de trabajo (80 horas semanales) fue mal recibida por los trabajadores.

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El ministro interino de Hacienda Henrique Meirelles declaró recientemente que la privatización de empresas públicas figura entre los planes del Gobierno para aumentar los ingresos.

"Tendremos privatizaciones, concesiones, ventas, bursatilizaciones, que llegarán de cualquier manera", dijo.