Los militares de Corea del Norte anunciaron que están dispuestos a bombardear a Seúl, capital de Corea del Sur, si la presidenta de este país no se disculpa públicamente por los ejercicios militares de gran escala en los que se simulan ataques contra las instalaciones nucleares norcoreanas. 

Durante una supervisión de un ejercicio de artillería, el líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó a sus soldados que estén preparados y atentos para atacar a las organizaciones gubernamentales en Seúl. 

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Según el presidente norcoreano se debe lograr la unificación "destruyendo despiadadamente" las organizaciones gubernamentales surcoreanas.

Esta advertencia es la última de una serie de alertas emitidas por Kim a Corea del Sur a causa de las sanciones emitidas por las Naciones Unidas en contra de su Gobierno y, más recientemente, a causa de los ejercicios militares conjuntos entre Seúl y Washington.

"Si nuestra última advertencia es ignorada, nuestra artillería de largo alcance pasará a las acciones militares sin piedad", afirmaron desde el Ejército norcoreano, especificando la residencia oficial de la presidenta de Corea del Sur y los órganos gubernamentales en la zona de alcance de sus proyectiles.

Entre tanto, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, expresó este viernes que las provocaciones de Corea del Norte acabarán en la autodestrucción del "régimen", esta declaración la hizo para reafirmar la presión sobre Pyongyang, capital de Corea del Norte, para que detenga su programa de armas nucleares.

"La República de Corea (Corea del Sur) permanecerá firme pese a las amenazas de Corea del Norte, y el régimen norcoreano acabará finalmente autodestruyéndose con sus provocaciones constantes", dijo Park.

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En Contexto

En el primer día de conmemoración de los soldados muertos en los recientes conflictos navales entre Corea del Norte y Corea del Sur, las Armadas de Corea del Sur y de Estados Unidos llevaron a cabo un ejercicio conjunto en el que se incluyó operaciones antisubmarinas, maniobras de artillería naval con fuego real y operaciones para hacer frente a las fuerzas navales especiales de Corea del Norte.

El ejercicio tuvo lugar simultáneamente en las aguas occidentales, orientales y meridionales de Corea del Sur e involucró a buques de guerra equipados con el sistema de combate Aegis de Seúl y de Washington, a otros buques de la Armada y a aviones de patrulla marítima.

El contraalmirante surcoreano, Park Dong-sun, quien comandó la maniobra, manifestó que si el enemigo, refiriéndose a Corea del Norte, provoca de nuevo a Corea del Sur, ellos contraatacará "despiadadamente con poderosas fuerzas militares".