Un atentado suicida perpetrado por dos niñas, supuestas milicianas del grupo yihadista nigeriano Boko Haram, causaron la muerte de ocho personas este miércoles en la localidad de Nguetchéwé, en el norte de Camerún, informaron fuentes vecinales.

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Según el portavoz de la patrulla de vigilancia vecinal Mahma Oumaté, las dos menores (una de ellas detonó los explosivos que llevaba consigo), de unos 13 años de edad y que perdieron la vida en el ataque, irrumpieron en un funeral y se dirigieron al espacio reservado a las mujeres alrededor de las 5:40 hora local (4.40 hora GMT).

Uno de los miembros de ese cuerpo de vigilancia, Thomas Gwolime, identificó a una de las terroristas y la persiguió con la intención de pararla, aunque finalmente no pudo impedir el atentado. 

En el ataque murió el propio Gwolime, junto a seis mujeres, una de ellas embarazada, y las dos atacantes. Además, una veintena de personas resultaron heridas, según las mismas fuentes.

Hasta los momentos el atentado no ha sido reivindicado por ningún grupo terrorista, sin embargo fuentes policiales aseguran que el distrito de Mayo-Moskota, donde se encuentra Nguetchéwé, es atacado con frecuencia por los yihadistas nigerianos Boko Haram.

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En mayo de 2015 el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Laurent Dutordoir, denunció que la milicia yihadista nigeriana Boko Haram habría utilizado mujeres y niños para cometer ataques suicidas, aumentando cada año la tendencia de este tipo de prácticas terroristas.

"Muchos de estos niños se encuentran solos y desplazados, porque fueron separados de sus familias en situaciones en las que precisamente huían de Boko Haram", informó el experto.

En julio de 2014 se registraron 9 ataques suicidas cuyos protagonistas fueron niños entre 7 y 17 años.

Según cálculos de la Unicef, de los casi 1.3 millones de nigerianos desplazados internos, más de 740 mil son menores de edad, de estos, unos 10 mil son menores no acompañados.

Secuestros 

También en 2014, radicales de este grupo atacaron una escuela en el pueblo de Chibok, ubicada al noroeste de Nigeria, donde más de 50 niñas escaparon, pero al menos 200 fueron secuestradas. Se intenta investigar si en el rescate en la selva Sambisa se encuentran algunos de estos menores raptados.