Entre diciembre de 2015 y marzo de 2017 se registraron 83 casos de represión en Argentina durante 475 días del Gobierno de Mauricio Macri, es decir, un episodio represivo por cada 5,7 días, según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

La provincia de Buenos Aires, gobernada por María Eugenia Vidal, es el lugar donde se han registrado la mayoría de esos sucesos represivos, con un 26,5 por ciento de los casos; seguida de la ciudad de Buenos Aires, dirigida por Horacio Rodríguez Larreta, con el 16,9 por ciento; y luego se ubican Mendoza, Jujuy, Santa Fe y Salta, con 6 por ciento.

Al comparar el primer trimestre de 2016 con el de 2017, "se produce un incremento superior al 100 por ciento: los conflictos de represión eran 3 por mes y se elevan a 7 por mes. En CABA, la incidencia se duplica: de 1 a 2 por mes”, explica el informe.

Estos episodios represivos son entendidos como "todo aquel reclamo social o laboral, con o sin organización previa, que encuentra como respuesta la acción de las fuerzas de seguridad con algún grado de violencia física”.

Manuel Tufró, coordinador del Equipo de Seguridad Democrática y Violencia Institucional del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), explicó al diario Tiempo Argentino que el aumento de la conflictividad va a la par de la pérdida del poder adquisitivo.

"Lo que cambió es que este Gobierno tiene una ideología distinta: ven a la represión como la mejor forma de acabar con las protestas, que cada vez son producto de la profundización de la crisis económica”.