El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzó este viernes la segunda etapa de sus reformas laborales, enfocadas principalmente en temas de desempleo y capacitación de personal, aun cuando continúan las protestas en contra de la primera fase.

Por ahora, las manfiestaciones no cesan en contra del primer conjunto de reformas laborales promulgadas el mes pasado, que no protege a los trabajadores, sino que buscan facilitarle a las empresas la contratación y el despido de personal, además de reducir el poder de los sindicatos de negociar contratos colectivos a nivel nacional, denuncian dirigentes laborales.

A raíz del lanzamiento de esta nueva etapa, este jueves se realizó una polémica protesta en París, próxima a una conferencia en la que participaría la ministra de Trabajo Muriel Penicaud, en las que pretendía exponer las políticas económicas del Gobierno de Macron. Sin embargo, Penicaud suspendió su presentación. 

En la manifestación, que dejó 41 detenidos, se quemaron tres vehículos en medio de un violento enfrentamiento con policías, según informó la Gendarmería Nacional de Francia. 

Nuevas movilizaciones

Ante el descontento de la clase trabajadora, el presidente de Francia se reunió el jueves con las principales asociaciones a fin de iniciar un proceso de negociaciones, pese a que esto podría tardar meses. 

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Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), señaló tras salir del encuentro con Macron que "no es una opción para nosotros reducir los derechos de quienes no tienen empleo".

El CGT se opone a la primera fase de las reformas laborales y está convocando a una nueva ronda de protestas callejeras en todo el país, a partir de la próxima semana.

La reforma

Entre otras medidas, el Gobierno francés desea conferir el derecho a recibir asistencia pública por desempleo a empresarios independientes, agricultores y comerciantes que sufren bancarrota.

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Asimismo, los empleados que renuncien voluntariamente también recibirían beneficios de desempleo bajo estrictas condiciones. A cambio, se impondría un tope a la duración y el monto de las prestaciones por desempleo a fin financiar el nuevo sistema.