Este 17 de enero inició  la 47° edición del Foro Económico de Davos, la cual tiene, entre sus principales temas, determinar cómo revitalizar el crecimiento económico y apuntalar el capitalismo. 

En la nueva edición del conocido Foro de Davos, participarán más de 2 mil 500 empresarios. Entre los asistentes se encuentran líderes de corporaciones, figuras gubernamentales, representantes de organismos internacionales, entidades financieras e invitados de un centenar de países.

"Este tipo de cita anual de la élite de los ricos del mundo ventilará además el fortalecimiento del gobierno de la globalización y la colaboración internacional, y la cuarta revolución industrial", estableció el presidente y fundador del Foro, Klaus Schwab.

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Según Schwab, en esta edición "instarán a los líderes mundiales a renovar los sistemas que han sostenido en el pasado la cooperación internacional, al adaptarlos a las complejidades actuales de un contexto multipolar, de manera que fomenten realmente el crecimiento incluyente y equitativo".

En relación a las políticas proteccionistas anunciadas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, añadió "Nuestro mundo se convierte cada vez más en interdependiente, incluso en momentos en el que algunos acontecimientos políticos apuntan al deseo de aislamiento y la retirada de la globalización". 

Se espera que los comentarios sobre Trump aparezcan en más de las 400 conferencias que analizarán en el cónclave, incluida la de las perspectivas sobre la economía latinoamericana.

Estos encuentros, que reúnen a las figuras más ricas del panorama mundial, reciben cada año intensas críticas de organizaciones progresistas (entre ellas la organización no gubernamental Oxfam), denunciando que no se plantean soluciones a los problemas económicos y sociales que afectan al mundo, principalmente al subdesarrollado. 

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Un reciente informe de la Oxfam revelo que ocho empresarios concentran la mitad de la riqueza del mundo, situación que devela la enorme desigualdad existente entre ricos y pobres y que ha elevado el descontento con la clase política en todo el mundo.