Estudios sostienen que cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) emitido por una persona a la atmósfera, hace que desaparezcan 3 metros cuadrados de hielo en el Ártico durante el verano.

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El estudio que lleva adelante el profesor Dirk Nortz, director del grupo de investigación sobre hielo marino en el Instituto Maz Planck de Meteorología (Alemania), y la profesora Julienne Stroeve del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo en Boulder (Estados Unidos), analiza la relación entre las emisiones de carbono y la pérdida de hielo.

Los análisis realizados por los investigadores indican que este tipo de gas de efecto invernadero causa el aumento de la temperatura media de dos grados, lo que provocará que el Ártico pierda todo el hielo durante el verano.

Las pesquisas demuestran que aunque no se alcancen los dos grados de aumento, igual se mantendrá el acelerado crecimiento de la densidad de CO2 en la atmósfera, lo que ocasionará que el Ártico se quede sin hielo en el verano de 2050.

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La única forma de prevenir el deshielo es evitar que el calentamiento global sea menor a los 1,5°C, tal como se ha propuesto en el Acuerdo de París, pues para los expertos "el hielo marino del verano en el Ártico tiene una posibilidad real de supervivencia a largo plazo".