El 23 y 24 de enero se llevaron a cabo en Astaná (capital de Kazajistán) las conversaciones entre el Gobierno sirio y la oposición armada con el fin de proteger la tregua y buscar soluciones políticas al conflicto.

Rusia, Turquía e Irán firmaron una declaración conjunta al culminar la reunión realizada en el hotel Presidente-Rixos. El documento revela que las partes reconocen la vía pacífica como la única manera de poner punto y final al conflicto sirio. 

Asimismo, el texto menciona un mecanismo de control tripartito que velará por el cumplimiento del cese de hostilidades en todo el territorio sirio.

El consejero en asuntos internacionales del líder supremo de Irán, Alí Akbar Velayati, consideró que las conversaciones también reforzaron la legitimidad del Gobierno del presidente Bashar al Assad.

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El pasado 20 de enero, el vice primer ministro de Turquía, Mehmet Simsek, admitió que una solución del conflicto en Siria no podía excluir al presidente Al Assad.

Velayati valoró de positivos los resultados de los diálogos de Astaná e indicó que este tipo de encuentros entre el Gobierno sirio y la oposición armada "tienen que continuar en el futuro".

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Rusia, Irán y Turquía, garantes de ese mecanismo trilateral, se comprometieron además a combatir conjuntamente a los grupos terroristas como el autodenominado Estado Islámico (Daesh, en árabe) y Frente de la Conquista del Levante (antigua Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda).