El cineasta chileno, Gabriel Osorio,  dedicó su Oscar por el corto animado Historia de un oso a "aquellos que fueron separados de su gente y su pueblo" en referencia a los exilados por la dictadura de Augusto Pinochet en Chile (1973-1990). 

Historia de un oso está inspirada en la historia del abuelo de Osorio, que tuvo que exiliarse de Chile tras el Golpe de Estado del tirano Augusto Pinochet.

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Osorio indicó que es “realmente importante” poder trasladar, a través de su cortometraje, el “importante mensaje” de que la familia debe estar unida y que no debe ser separada por razones políticas o cualquier otro motivo.

"La gente nos para en la calle, nos desea suerte... es una tremenda alegría representar a Chile en el Oscar", dijo Osorio.

La historia de un oso, que es en realidad un abuelo. Del encierro en un circo, que es en realidad un exilio forzado. De un diorama que quiere representar el mundo. Este es el corto de animación que este domingo logró llevarse la primera estatuilla dorada para Chile en la historia de los premios de la Academia del Cine estadounidense.

Explicó que el Oscar es “una gran oportunidad para seguir mostrando” lo que quieren hacer, para continuar “abriendo camino” en la animación chilena y latinoamericana que, en su opinión, puede aportar “un punto de vista diferente”.