Trabajadores argentinos iniciaron este jueves el segundo día de paro general en rechazo a los más de 50 mil despidos de estatales en los últimos tres meses, y contra los anuncios de nuevas cesantías para las próximas semanas por parte del Gobierno de Mauricio Macri.

A la convocatoria hecha por la Asociación de Trabajadores del Estado se sumaron varias organizaciones sociales como el Frente Darío Santillán, que movilizó el miércoles a miles de indignados desde el Obelisco hasta el ministerio de Desarrollo Social para reclamar aumentos de presupuesto en el Programa Argentina Trabaja.

Exigieron la reincorporación de unos "500 empleados despedidos y la reapertura de las negociaciones paritarias. Además pidieron que el ministerio de Modernización regularice la situación de los trabajadores del Estado". 

Otros gremios se apostaron frente al ministerio de Educación con parcartas, globos negros, volantes e intervenciones de artistas dentro y fuera de la sede.

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"Estamos de duelo porque están desmantelando el Estado, y en este ministerio los programas socioeducativos, que son los que más impactan en los sectores vulnerables", dijo a Noelia Espósito, una de las trabajadoras del Programa Conectar Igualdad, despedida recientemente. 

Oscar De Isasi, de la Asociación de Trabajadores del Estado bonaerense (ATE), informó la tarde del miércoles que la protesta se cumplirá de manera general por 48 horas.

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El juez federal de La Plata, Luis Arias, dio lugar el martes a una medida cautelar que exhorta al gobierno bonaerense a no cerrar la paritaria (negociación entre partes).

“Nosotros ya habíamos planteado la ilegalidad del cierre de la paritaria. En primer lugar, nunca se constituyó formalmente una comisión negociadora; en segundo lugar, no se consiguió una representación proporcional de los distintos gremios por cantidad de afiliados; y en tercer lugar, porque se cerró con una mayoría dudosa. Una discusión salarial solo puede cerrarse con la mayoría simple”, sostuvo De Isasi.

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