Políticos y analistas argentinos reiteran su rechazo al decreto del Gobierno de Mauricio Macri con el cual se autoriza a la Secretaría de la Comunicación Pública a utilizar los datos personales que registra la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), esto con el objetivo de hacer propaganda oficial y venderlo a potencias extrajeras.

La polémica se suscitó luego de que el pasado mes de julio el presidente Mauricio Macri aprobara un decreto mediante el cual los datos personales que registra la Anses serían manejados por la Secretaría de la Comunicación Pública para propaganda oficial.

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Para el diputado nacional por el Frente para la Victoria (FpV), Rodolfo Tailhade, esto representa una clara  “violación de la confidencialidad ”,  además advierte el manejo que se le pueda dar a esa información.

“La venta comercial de esa banco de datos personales y por supuesto las tareas de  espionaje y control social sobre la población,  ha partir de un estudio de los gustos, las experiencias personales, las orientaciones políticas, sexuales y culturales de cada uno de nosotros”, dijo.

Un ejemplo que ya ocurrió en otras latitudes, cuando se encontró toda la base de datos del Instituto Federal Electoral de México en poder del Gobierno estadounidense.

El poder manejar la información personal de más sde 32 millones argentinos, podría significar el mejoramiento de la maquinaria propagandista del derechista.

Por su parte el analista  político, Gabriel Fernández, recalcó  el temor de que esa base de datos sea compartida con gobiernos extranjeros, aseguró que esto representa un “perjuicio” para la soberanía del país.

“El estado argentino esta abriendo sus puertas a la injerencia externa el hecho de controlar el área de la seguridad  del modo en que lo hace, a través de la Central de Inteligencia Americana,  es un grave perjuicio para la soberanía nacional. Si esto se suma la determinación argentina de suscribir acuerdos anti soberanos con empresas financieras internacionales denominadas comúnmente como fondos buitres, nos encontramos con un estado que abre su interés particular de la zona sur (…) del estado argentino para que lo monitoreen”.

Los analistas temen que suceda como en otros países, un ejemplo claro es cuando se encontró toda la base de datos del Instituto Federal Electoral de México, en poder del gobierno estadounidense.

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