La muerte de María Domínguez Gómez, de 57 años, elevó a nueve el número de indígenas que fallecieron a causa de los desplazamientos forzados en las montañas de Chalchihuitán, según informó el párroco del pueblo de Simojovel, Marcelo Pérez.

Domínguez murió debido a una pulmonía ocasionada por el frío al que estaba sometida en las montañas de Chalchihuitán, donde se vio forzada a ir para evitar el conflicto agrario con el municipio vecino de Chenalhó.

Entre los nueves desplazados fallecidos se encuentran tres niños, muertos por hambre y frío, Adriana de Jesús Pérez, de dos años, Maura Pérez, de un año, y un bebé de apenas tres días de nacido.

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A estas muertes se suman los fallecimientos de los ancianos Domingo Girón Luna, de 70 años, y Martín Girón Rodríguez, de 80, también por hambre y frío.

El párroco de Simojovel considera que todas estas muertes se hubiesen podido evitar si las personas no se encontrarán desplazadas desde hace más de un mes.

Además, subrayó que Chalchihuitán es el municipio más pobre de México, ya que la mayoría de sus habitantes padecen desnutrición, y el desplazamiento solo agravó la situación de salud de estas personas.

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Las circunstancias por las que atraviesan los indígenas están relacionadas con el conflicto agrario por los límites, más de 900 hectáreas, entre los municipios Chalchihuitán y Chenalhó. 

Este problema se remontó a 1973 cuando la extinta Secretaría de la Reforma Agraria reconoció y tituló los bienes comunales.

Estas titulaciones derivaron en un intercambio forzado de tierras entre ambos municipios que ocasionó una disputa entre ambas familias y que se ha agudizado en las últimas semanas debido a la intervención de grupos paramilitares.