Terrorismo y Ajiaco
El terrorismo es el uso de la violencia, causando daño, destrucción y muerte a unos, mientras impone el miedo en otros. Y el “ajiaco”, expresión colombiana que se emparenta con el “falso positivo”, consiste en simular un acto de agresión o terrorismo para, efectivamente, aplicar ese acto con la excusa de represalia y reciprocidad con el aval de la colectividad.
Ahora bien, todos estos actos repudiables se suceden siempre dentro de un contexto y ninguno de ellos persigue fines loables, aunque la ignorancia aprendida en las universidades y academias al servicio del Estado burgués enseñen la prédica de Maquiavelo de que “el fin justifica los medios”.
Estas aproximaciones pueden venir a propósito de nada, como mera reflexión, por aquello de que “después del ojo afuera, no vale santa Lucía”, como también, obtenidas las resultas del acto terrorista y/o del ajiaco, por cuanto evitar la violencia en todas su formas es el único camino a la vida, la paz, el buen vivir y el vivir bien, como estamos apostando desde el nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, dos semas que son odiosas para los colonialistas imperios del viejo y decadente mundo unipolar, el del capitalismo, al que aún muchos líderes mundiales y teóricos temen señalar tal cual es, porque decir que “el rey está desnudo” es muy incómodo, mientras que la lengua lisonjera es la guía de la diplomacia capitalista e imperial.
Eneste sentido, pudiéramos evocar recientes actos de violencia y muerte en Francia, como el de los directivos de la revista satírica y antimusulmana Charlie Ebdo, al igual que los ataques en un teatro y estadio en París y recientemente, el perpetrado en Niza, todos con víctimas civiles y con los victimarios liquidados, porque los muertos no hablan, ni dirían el móvil de los hechos.
Lástima que en el mundo occidental no nos percatemos de todos los actos terroristas que se están perpetrando diariamente y por años, en toda la nación árabe y la africana, contra miles y millones de seres humanos, entre niños, mujeres y hombres adultos, sin contemplación por ellos, en Palestina, Siria, Libia, Irak, Afganistán y Túnez, entre otros pueblos que se resisten al canibalismo imperial que lideran los gobiernos de EEUU y la rapiña de la Unión Europea, con su fuerza bélica de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), convertida en fuerza mercenaria y de ocupación.
Desde el Sur, en los países libérrimos y emancipados, el pueblo y sus líderes siguen apostando con vehemencia por la vida y la paz, como alternativa contra la destrucción del planeta, hecho que los imperios rapaces aborrecen y razón por cual están forzando por derrocar nuestras democracias, con sus actos de terrorismo institucionalizados y sus ajiacos acostumbrados que puedan exhibir en esta guerra de cuarta generación mediática. Aún así, serán derrotados a partir de la lucha por la vida y por la paz.
Prof. Luis Pino
@l2pino2