Petróleo y dominación: llover sobre mojado
En este mundo en el que se ha impuesto el capitalismo, más por la fuerza, que sobre la razón, afirmar que el principal recurso energético es utilizado como forma de dominación de los países imperialistas, lo que no implica que sean los países productores, sería como llover sobre mojado, si no fuese porque ha emergido hace rato el nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, que fuerza por un nuevo modo de ser y de pensar, pero que, en muchos casos, los gobiernos y sus líderes comprometidos con éste, se engatillan y las más de las veces, intentan enfrentar el capitalismo, el viejo modelo unipolar y sus contradicciones fundamentales, con fórmulas capitalistas, por múltiples razones, todas subalternas, lo que, en definitiva, termina legitimando y reacomodando las mismas relaciones sociales de producción, en países que se suponen emancipados o con soberanías que no son tales.
El preámbulo anterior viene a cuento, a propósito de la táctica imperial de EEUU, sus aliados y sus colonias, es decir, los países dependientes o semicoloniales, los que lograron tumbar el precio del barril de petróleo en los mercados internacionales, con la restauración de su hegemonía en el seno del cártel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP: a pesar de que todavía hay quienes dicen que no es cártel, aunque a lo único que dedica es a vender petróleo, con las políticas y mercados impuestos por el imperio estadounidense).
Ante esta “Amenaza Usual” del gobierno estadounidense, que está vendiendo petróleo a pérdida, del extraído por la vía del fracking (que por cierto, otros ingenuos afirman que ya no practican la fractura hidráulica, sin ver el boquete que siguen abriendo en Oklahoma, entre otras regiones), más el petróleo que junto con el ISIS y Turquía están robando en Irak, Libia, Yemen y Siria, hace escasos días o poco más de una semana, el pasado dieciséis de febrero del año dos mil dieciséis (16/02/2016), se dio la Cumbre de Doha (Qatar), en la que Arabia Saudita, Rusia, Qatar y Venezuela, acordaron congelar la producción a los niveles del pasado mes de enero, lo que, por una parte, ni lograron el comportamiento del precio del crudo esperado, además de la reticencia de los otros países productores, lo que le abre el camino voraz de mercados a la tríada ladrona y terrorista; pero, por otra parte, se alcanzó el inicio de una gran alianza que puede ir creciendo y fortaleciéndose, en beneficio de la mayoría de los países productores y no productores, además de poner en jaque, tanto al celestinaje y vasallaje del cártel de la OPEP, como del directorio de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), sin que soslayemos que la Unión Europea (UE) y el brazo armado de EEUU en ultramar, la Organización para el Tratado de Atlántico Norte (OTAN), son los trotaconventos del robo de petróleo que los lleva a querer liquidar a Bashar al Assad y destruir Siria, para reconstruir su Frankenstein que les abra paso al Mar Mediterráneo, del petróleo y gas robados para sus beneficios.
El caso es que este primer encuentro o cumbre, ha abierto las compuertas para articular y hacer realidad ese nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, con acciones concretas y audaces, lo que, afortunadamente, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha valorado para solicitar otra Cumbre de alto nivel, para evaluar a corto plazo el comportamiento del mercado petrolero y llevar un conjunto de propuestas, audaces y en beneficio de todos, que seguramente, serán abordadas porque la mayoría de los gobiernos productores del mundo y la de las principales potencias antiimperialistas como China y Rusia, así como el resto de los países del BRICS, la CELAC, UNASUR, ALBA-TCP, PetroCaribe, MERCOSUR y los africanos, no tienen vocación de vasallos, ni lacayos del imperio estadounidense.
Qué resultará de esta próxima Cumbre de países productores de petróleo, seguramente será mejor que quedarse de brazos cruzados y bajar la cerviz a costa del hambre y miseria de nuestros pueblos, no sólo de los productores, sino también, de los no productores, a los que no se les debe chantajear sus soberanías a cambio del recurso energético, ni con las prácticas leoninas del capitalismo.
No sería descabellado que en esta próxima Cumbre, nuestros gobernantes se atrevieran a: 1. Fijar un piso o precio justo para el mercado internacional, con una mayoría de productores y de consumidores, que es fácil de alcanzar para aislar a la tríada que está robando y vendiendo con prácticas de dumping; 2. Combinar venta con intercambio; 3. Iniciar un proceso que incorpore con estímulos arancelarios a quienes compren en Yuanes, Rublos, Dólar TT (u otra moneda de curso en las islas del Caribe) y Sucres, por encima del Dólar estadounidense; 4. Aumentar la extracción, refinación y producción de petróleo y sus derivados, a niveles históricos, como garantía y estímulo a inversiones como la reciente de la empresa rusa Rosneft, que pagó quinientos millones de dólares en una alianza estratégica y comercial con PetroMonagas, Filial de PDVSA, con la participación accionaria del cuarenta por ciento, lo que estimulará mayores fuentes de empleo más allá de este cuantioso ingreso a la nación venezolana, que no puede ser atado de manos con medidas como congelar un nivel de producción.
En todo caso, cárteles petroleros, gobiernos de países productores y no productores de este siglo XXI pueden comenzar a labrar relaciones e intercambio energético sustentable y a precio justo. De lo contrario, seguirá lloviendo sobre mojado.
Prof. Luis Pino
@l2pino2